
Según la consultora argentina Voices!, en la última década hubo un fuerte descenso de la religiosidad. Una encuesta muestra que casi uno de cada cinco argentinos se declara ‘sin religión’. No obstante, el 56% se define como persona religiosa y el 63% sostiene que Dios es importante en su vida. Para la socióloga Marita Carballo: «La gente optó por otro tipo de prácticas que implican un vínculo más fuerte y directo con la espiritualidad, como la oración o la meditación, ambas en expansión… Las denuncias de corrupción y los escándalos sexuales a nivel global afectaron marcadamente a la Iglesia».