Se conoció una carta pública de los laicos de Puerto Montt (Chile) dirigida al nuevo arzobispo Fernando Ramos. Entre otras cosas, después de una sincera bienvenida, afirman: “no necesitamos un príncipe, ni un gerente, ni un patrón de estancia. Necesitamos a un pastor convertido a los más humildes, a las mujeres, muchas de ellas doblemente explotadas (en el trabajo y en el hogar), a los jóvenes, a las víctimas de abusos sexuales y de poder. Queremos tolerancia cero para todos los abusos: sexuales, de poder, de consciencia, económicos y financieros. En estas cosas está en juego la credibilidad de nuestra Iglesia y la fe de nuestro pueblo. Ya muchos y muchas se han ido; ahora hay que recuperar las ovejas perdidas, pero con transparencia y lealtad. Sigue habiendo pastores que se creen príncipes y se olvidaron de ser profetas y servidores; han producido profundas divisiones en las Iglesias locales”. Termina la carta pidiendo por primera cosa un Sínodo diocesano “para diseñar juntos las reformas eclesiales que necesitamos”. Esta carta abierta se añade a otra de los laicos de Osorno que se quejan de no haber sido consultados por el nombramiento del nuevo obispo. “Los laicos nos negamos a ser tratados paternalmente como niños y exigimos participación activa”.
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