NICARAGUA: 26 AÑOS de CÁRCEL para OBISPO

una persona sostiene un cartel con foto de alvarez y una bandera nicaraguense. un texto dice libertad para monseñor rolando alvarezSe trata del obispo de Matagalpa, Rolando Alvarez de 56 años, que fue expulsado a Estados Unidos junto a otros 220 presos políticos (entre ellos 4 sacerdotes, 2 seminaristas, un diácono y dos laicos) pero se negó a subir al avión. Los presos políticos, sin previo aviso y desconociendo su destino, habían sido excarcelados y enviados al aeropuerto; se les quitó la nacionalidad y fueron colocados en un avión fletado por Estados Unidos; allí tendrán permiso de permanencia por dos años. España ya les ofreció la nacionalidad española. Sin embargo el obispo y una ex guerrillera sandinista se negaron a subir al avión.

El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo (su esposa y vicepresidenta) le habían ofrecido al obispo el exilio o la cárcel. Frente a su rechazo de dejar el país por querer estar junto a su pueblo,  fue condenado a la cárcel por traición a la  patria, conspiración y difusión de noticias falsas sobre el gobierno. Deberá pasar 26 años y 4 meses en la cárcel Modelo de Managua, además de pagar una multa en dólares. Le quitaron los derechos cívico de manera perpetua, inclusive la nacionalidad.
El 19 de agosto del año pasado, sin orden judicial, la policía había irrumpido en la curia de Matagalpa llevándose presos al obispo, cinco sacerdotes, dos seminaristas y un laico. Desde agosto del año pasado hasta la fecha el obispo había vivido en prisión domiciliaria. El gobierno dictatorial de Ortega persigue a la Iglesia desde 2018 cuando esta acompañó al pueblo en las protestas a favor de la democracia y que fueron aplastadas  brutalmente. Allí  empezó la persecución contra la Iglesia primero en forma velada y después abierta. El estado policial encarceló y expulsó a todos los políticos opositores, organismos de derechos humanos, periodistas y ahora se ensaña con la Iglesia Católica, último baluarte de libertad, mientras favorece a los evangélicos (que ya son el 30% de la población). Se han cerrado todas las radios y canales católicos, prohibidas las procesiones.
Desde 2018 hubo 400 ataques contra la Iglesia, con la expulsión del nuncio apostólico, el arresto de una quincena de sacerdotes y la expulsión de las Hermanitas de Calcuta, acusadas también de  terrorismo.  Alvarez, un obispo valiente y profético, pasó meses detenido sin acusación formal ni amparo legal. Se le negó el derecho de elegir a un abogado y se acudió a un miembro del partido sandinista para que lo representara. No pudieron deshacerse de él como lo hicieron con el obispo Silvio Baez. Silvio Baez, que es todavía auxiliar de la diócesis de Managua y contra su voluntad fue llamado al Vaticano para una misión especial; en realidad tuvo que refugiarse en Miami para poder seguir con su trabajo pastoral, en especial entre los refugiados de su país.
Esta maniobra no le salió al gobierno en el caso de Álvarez, que no quiere dejar el país solidarizándose con todos los que luchan por la libertad y la democracia y dijo: ”yo pago por ellos”.
Frente a estos atropellos, desde Florida Silvio Baez acusó a la pareja presidencial de “criminales” por el destierro de presos políticos y de “odio irracional y desenfrenado contra el obispo Álvarez; no han resistido su altura moral y profética”.
El cardenal Maradiaga les recordó que “no hay dictadura que haya acabado bien”.  Los obispos latinoamericanos, de Estados Unidos y de la Unión Europea, y tardíamente el Vaticano, han levantado su voz contra la persecución religiosa en Nicaragua. El régimen está en descomposición y cada vez más aislado, pero la oposición está descabezada y dividida.
Ortega habló de “ese personaje lleno de soberbia (Alvarez) que se cree un líder de la Iglesia latinoamericana, incapaz de tener el coraje de Cristo que aguantó hasta la crucifixión. Yo estuve preso siete años pero nunca vi a un preso tan bien tratado como él“. De paso Ortega lamentó los abusos sexuales de los sacerdotes y la hipocresía de algunos de ellos que insultan y agreden al mismo Papa.
En ocasión del 94vo. aniversario de la firma del Tratado de Letrán, el 10 febrero,  envió (ya que él y su señora, casados por Iglesia, se consideran católicos) al “santísimo padre” las felicitaciones “con gran cariño en nombre de nuestro pueblo humilde y devoto que avanza sobre sendas de paz y buen vivir. En el espíritu mariano de la vigilia de la fiesta de la Virgen de Lourdes oramos para que por la intercesión de la santísima Madre, Dios le conceda a usted sabiduría y salud para seguir cumpliendo con su sagrada misión”.

Anteriormente Ortega calificó a la Iglesia de “mafia organizada y antidemocrática”, acusando a los obispos de haber sido somocistas y preguntó públicamente: “Nos acusan de dictadura y en la Iglesia, ¿quién elige al Papa? ¿y a los curas? Debería ser el pueblo  a elegir al Papa, cardenales y obispos, no la mafia del Vaticano. El papado le dio todo su apoyo a Mussolini, aliado de Hitler y ha cometido crímenes en el campo financiero, de los abusos sexuales y se presentan como santos. Yo fui bautizado y confirmado, hice la primera comunión pero nunca tuve respeto y cariño para la mayoría de los religiosos. Me quedé con Cristo, su solidaridad para con los pobres, con los oprimidos. Cristo nunca se vistió como visten obispos y cardenales ni entró jamás en un palacio. Soy revolucionario gracias a Cristo”.
Respondió el exiliado obispo Silvio Baez catalogando a Ortega de ignorante, mentiroso y cínico: “Es una vergüenza que un dictador pretenda dar lecciones de democracia y criticar la autoridad que Jesús otorgó a su Iglesia. Ortega es un ateo corrupto y criminal, y pretende además ser inspirado por Cristo”.