RECORDANDO la “FERIA de la ESPERANZA”

20 años atrás tuvo lugar la primera Feria de Economía Solidaria en Uruguay

Escribe Pablo Guerra

niños, niñas y adolescentes junto a dos adultas posan junto a un mural con un cristo de brazos abiertos en una mesa eucaristica al que acompañan gente de pueblo. un texto dice: si la mesa es para todos, otro mundo es posible. caritas uruguaya.
“La Iglesia, a través de instituciones como Cáritas, puede convertirse en levadura junto a varias otras organizaciones de la sociedad civil”.

Corría el año 2001. El comienzo de milenio inspiraba a los movimientos sociales a pensar en alternativas para los paradigmas dominantes del pensamiento económico, esos que no estaban solucionando los problemas sociales, ambientales y de sentido de pertenencia comunitario. Una de las expresiones más puras de ese sentimiento de cambio, fue la convocatoria en Porto Alegre del primer Foro Social Mundial (25 al 30 de enero de 2001). Entre las más de 12 mil almas que participaron, surge la necesidad de mostrar que “Otro Mundo es Posible”. Los movimientos que impulsaban una economía solidaria, por entonces muy activos en Brasil, propusieron también hacer referencia a que “Otra Economía es Posible”. Se sentaban así las bases de las primeras articulaciones en la región.

Entre la nutrida delegación uruguaya que tuvo la oportunidad de viajar a la capital del “presupuesto participativo”, primó el entusiasmo y las ganas de ir avanzando en la construcción de un movimiento en el que pudieran converger todas aquellas expresiones que se sintieran convocadas por ese llamado transformador desde las salidas colectivas. Eso incluye a diversas instancias de la Iglesia Católica. Una de ellas fue Cáritas: ese mismo año, Carmen Mondelli nos convoca a Mario Costa y quien suscribe, a participar como expositores en el Seminario de Cáritas del Cono Sur “Exclusión, Desempleo y Alternativas”. Éste, curiosamente (o no tanto), también tendría lugar en Porto Alegre. Al cierre del Seminario fuimos invitados a visitar una Feria de Economía Solidaria en el Centro Cultural del Gasómetro.
La historia continúa de la siguiente manera: al regresar del evento, tenemos una reunión con el Equipo de Cáritas, en la que volvemos a participar con Mario Costa. Además de compartir nuestras reflexiones sobre lo trabajado en Porto Alegre, se nos consulta en esa oportunidad si acaso podríamos sugerirles alguna actividad significativa que Cáritas pudiera llevar adelante para celebrar su 40 Aniversario, aportando además en un particular momento crítico en materia social. Recuerdo muy bien a Mario proponer entonces la realización de una Feria tal como la que habíamos conocido recientemente en tierras gaúchas. Podemos decir con propiedad que en esa reunión del local de la calle Soriano, se daba el puntapié a las Ferias de Economía Solidaria en nuestro país, el tercero en la lista latinoamericana luego de las pioneras Ferias de Chile (denominadas FESOL1) y luego de Brasil.

Efectivamente, un año después, los días 1,2 y 3 de Agosto de 2002 en el Hall de la Intendencia de Montevideo tuvo lugar la Feria de la Esperanza bajo el lema “Solidarios para vivir Dignamente”. En medio de la peor crisis socioeconómica del Uruguay contemporáneo, la Feria pretendía ser un espacio demostrativo, pedagógico e interactivo donde se articularan diversas propuestas de trabajo participativo y solidario.

Participaron 43 emprendimientos, la mayoría del interior del país, en rubros como la Alimentación, Expresión cultural, Medio ambiente, Servicios, Área Socioeducativa y Redes/Organizaciones de apoyo.

Sin duda se trató de un gran hito en la aún joven historia de la economía solidaria nacional. Y de una demostración de cómo la Iglesia, a través de instituciones como Cáritas, puede convertirse en levadura junto a varias otras organizaciones de la sociedad civil, caso de CUDECOOP, la Comisión Nacional de Fomento Rural, la FCPU, AMRU, Red Global del Trueque (dejaría de funcionar unos años después) y actores de la Universidad de la República.

A partir de esta experiencia, el movimiento de la economía solidaria comenzaría a dar sus primeros pasos, gestándose desde entonces varios hechos de notoriedad: creación del Espacio de Economía Solidaria, del Consejo Canario de Economía Solidaria, de la Coordinadora Nacional de Economía Solidaria, Ferias durante varios años en el Hall del Palacio Municipal, seguido de las Ferias en Atlántida a partir de 2006; las primeras políticas públicas desde los gobiernos departamentales y luego desde el gobierno nacional, la creación de la Comisión en Economía Solidaria de Mercociudades, de varios espacios de coordinación regional, de cursos universitarios, Jornadas Académicas, nuevos espacios de comercialización (Ecotiendas, Tienda Ecosol, Mercados de Cercanía, etc.), etc.. En 2019 la Ley 19848 declara de interés nacional la promoción y desarrollo de la economía social y solidaria. Incluso el Art. 7 establece entre los objetivos en políticas de promoción, el apoyo a este tipo de Ferias.

Nuestro recuerdo y admiración a quienes formaron parte de este proceso y a quienes veinte años atrás -en medio de una creciente pobreza- se animaron a mostrar un camino de esperanza y solidaridad económica.

Tapa del libro “Construyendo Economías Solidarias” de Pablo Guerra y publicado por Cáritas Uruguaya (2002). Este libro sistematiza lo trabajado en la primera Feria de Economía Solidaria de Uruguay.

 

 

 

 

 

 

 

1En efecto, las primeras experiencias latinoamericanas de Ferias de Economía Solidaria, surgen en Chile. La primera Feria Encuentro de los Talleres Laborales y Microempresas de la Economía Solidaria (FESOL) tuvo lugar en 1991. Su Presidente durante varios años fue el Prof. Luis Razeto. En lo particular, pude presenciar las Ferias de 1993 y 1994, años en los que justamente me encontraba estudiando en Chile y estableciendo mis primeros contactos con los escritos de Razeto.

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