CACHO: 30 ANIVERSARIO de su PASCUA

composicion con cacho tomando mate sonriente y de pie. atras se ven casitas humildes de material. la frase dice padre cacho: llevando esperanza
“Tal vez pueda decirles en su idioma de dolor y frustración, que allí en medio de ellos está Él. El que puede cambiar la muerte en Vida, la negación en Esperanza”.

Al cumplirse su aniversario, y como agradecimiento por el regalo de su vida a toda la Iglesia, presentamos una recopilación de dichos auténticos del Padre Cacho (Ruben Isidro Alonso) en distintas ocasiones y entrevistas. El p. Cacho, después de 85 días de internación en el Hogar Sacerdotal, falleció el 4 de setiembre de 1992 a los 63 años… (en 2012, y al conmemorar los 20 años de su muerte, publicábamos este aporte como Tema Central de Umbrales).

Rubén Isidro Alonso nació en Montevideo el 15 de mayo de 1929. Hijo de Don Dámaso Alonso (profesión Maestro Panadero) y Doña María Candelaria Alonso (ama de casa y costurera). En sus primeros años de vida tuvo algunos problemas de salud que requirieron mayores cuidados de sus padres y atención médica. Desde pequeño tomaba aceite de bacalao para fortificarse, pues sus proble­mas eran bronco pulmonares y de oídos, esto determinó que comenzara sus estudios en una escuela al aire libre en las calles, 8 de Octubre y Centenario. Allí cursó 1° y 2° año, una vez obtenida el alta médica pasó a la escuela normal concurriendo al Colegio Maristas, por becas conseguidas por su padre.
Desde niño y en su época de estudiante fue buen alumno y un niño común en los juegos, siendo un poco travieso. Fue hincha de Peñarol por su familia, pero pronto se cambió a Nacio­nal, inducido por el novio de su hermana mayor (Lorenza). En el entorno familiar era el “Chiquito”, apodo que se mantuvo pues su hermano menor, nace cuando el tiene 4 años.
En su infancia buscaba siempre estar cerca de la figura de su padre Don Dámaso, hombre de gran tolerancia y de gran fe. La Secundaria la comenzó en el Colegio Pío (Villa Colón). A los 12 años ingresó al Seminario Salesiano del Manga. Cursó sus estudios de teología en Argentina y fue ordenado sacerdote en la Ciudad de Córdoba en 1959, el 22 de noviembre.
La misa solemne fue dada en Montevideo, el 8 de diciembre del mismo año. Ya desde joven se perfilaba como un ser de servicio pleno, pues quería vivir su Ministerio, en una entrega total a los jóvenes y los más pobres, significándole una búsqueda de largos años.

Su vocación se orientó siempre hacia los jóvenes y los pobres. Realizó su Ministerio sacerdotal en Paysandú. Rivera y Montevideo. Fue el primer asesor de la naciente Pastoral Juvenil de la Diócesis de Salto. En Rivera con otros dos compañeros sacerdotes logra concretar su vocación de presencia y servicio, en uno de los barrios de la periferia.
Es allí que toma contacto con Arturo Pereira, quién utilizaba los métodos de Paulo Freire, el educador más conocido de nuestra época, con trascendencia internacional. Una de sus obras más conocidas, “Pedagogía del oprimido”. De alguna manera este contacto con Arturo Pereira lo marca mucho a “Cacho”, lo que se vería con el tiempo, con su vocación por estar junto a los más pobres, entregando su vida para mejorar sus condiciones de existencia.
Luego de recibir persecuciones, llegar a estar detenido varias veces, abruptamente tiene que abandonar Rivera por indicación del Jefe de Policía.

En 1977, Mons. Carlos Parteli le abrió las puertas de la Arquidiócesis de Montevideo, y le propuso vivir en la Parroquia de los Sagrados Corazones, en el barrio Marconi, próximo a Aparicio Saravia. Allí comenzó a vincularse con la gente para hacer realidad su compromiso con los vecinos, y a fin de año, se fue a vivir al barrio Plácido Ellauri.
Su trabajo permitió la organización de los vecinos, la concreción de muchos sueños colectivos: Un Hogar para Jóvenes, el MOVIDE (Movimiento pro Vida Decorosa), la COVIJO – Cooperativa de Vivienda para Jóvenes -, la movilización de los clasificadores…
Ayudó a organizar las comunidades barriales de Plácido Ellauri, San Vicente, Santa María, San Isidro, La Palmera, Mausa, 2 de Febrero y Juan Acosta. Obligado por la enfermedad se retiró al Hogar Sacerdotal, donde vivió sus últimos meses como un tiempo de acción de gracias, en el que expresó y sintetizó sus vivencias en pinturas, escritos y encuentros con amigos.
El 4 de setiembre de 1992, sus ojos se cerrarían para dar paso, a las Huellas de un camino compartido con su gente…

(de “Un Cacho de Dios”,
de Julio César Romero Magliocca)

 

SIENTO LA IMPERIOSA NECESIDAD…

“Siento la imperiosa necesidad de ir a vivir en un barrio de pobres y hacerlo como lo hacen ellos. No como táctica de infiltración, de camuflaje o demagogia, ni siquiera como gesto profético de nada sino para encontrarlo de nuevo a Él porqué sé que vive allí, que habla su idioma, que se sienta a su mesa, que participa de sus angustias y esperanzas. Tampoco como un “padre” despachador de sacramentos, sino como alguien que va a hacer junto a ellos una vivencia de fe, un camino compartido.
Tal vez pueda decirles en su idioma de dolor y frustración, que allí en medio de ellos está Él. El que puede cambiar la muerte en Vida, la negación en Esperanza”.

QUERÍA UN ENCUENTRO CON DIOS

“Yo sentía necesidad de un encuentro con Dios. Muchas veces hay un conocimiento teórico pero no vital, y el conocimiento bíblico de Dios es experimental, vivencial. Sabía que Dios me esperaba allí” (en el asentamiento).

YO NO SABÍA CÓMO DAR EL PASO

“Yo no sabía cómo dar el paso. Estudiaba la manera como si fuera ir a un país extranjero. Le pedía a Dios que me mostrara el camino. Yo salía a recorrer esos lugares a pie y sentía miedo, el miedo de ver una frontera que no podía pasar.
Dios vino en mi ayuda porque una señora del barrio un día vino a la parroquia a pedir que un sacerdote fuera a la zona, a ocuparse de los jóvenes que estaban abandonados. Yo no imaginaba cómo iba a ser la cosa; pero ese día salté de alegría.
Ya no iba a ser un intruso, un tipo que nadie sabe a que viene, sino que el llamado de Dios empezaba a ser el llamado del pueblo también.
La señora había invitado ese día en su casa a unos muchachos de 18 años y me pedía ayuda de una forma dramática que me conmovió y por otro lado veía que el Señor insistía y que a través de los pobres me mostraba el camino”.

EL ENCUENTRO CON LOS POBRES

“El encuentro con Dios se dio en ese encuentro con los pobres, con la gente que tiene rostros ciertamente no delicados, no atrayentes ni hermosos, sino rostros curtidos, llenos de dolor…Hasta se puede leer su historia en cada cara de los habitantes de esos barrios que viven en extrema pobreza.. Bajo esos rostros me encontré con Cristo. Fui descubriendo que esa es la espiritualidad que acerca a Dios. Es el descubrimiento de Dios en aquellos que son los últimos, en aquellos a los que cuesta amar a primera vista pero que al final, con su cariño, con su solidaridad y con su apego, te atrapan de tal manera que ya no te puedes escapar”.

MATE POR MEDIO

“Yo les dije a los muchachos que quería ir a vivir con ellos. Al otro día me vinieron a buscar a la parroquia diciéndome que habían visto un rancho y así ellos mismos en un carrito me hicieron la mudanza. Ese día era un 24 de mayo, fiesta de María Auxiliadora y desde aquel momento, ésta para mi es tierra santa. Fueron dos años que viví en esa vivienda de emergencia como desorientado; sentía admiración y sorpresa, desorientación y descubrimientos. Sin saber qué hacer. Eso me obligó, mate por medio, a escuchar mucho. A saber apreciar la gratuidad de esas conversaciones, de ese lenguaje, de esa comunicación”.

UNA FLOR DIFERENTE

“Poco a poco fue surgiendo una pequeña comunidad cristiana con características espontáneas y originales que fui respetando y guiando, encausando. Alguien me preguntó qué garantía de seriedad tenía eso. Como la pregunta me pareció que no tenía sentido, le respondí que ninguna. Es como hacerle esa pregunta a una flor diferente que hoy nace en mi jardín. Si la Fe es vida, ¿cómo puedo estandarizarla, patentarla, ordenar su producción en serie? Se tiende siempre a institucionalizarlo todo. El Espíritu promueve vida, fermento, germinación.. Hemos empezado a dar respuestas muy tímidas a problemas concretos: búsqueda de trabajo a los jóvenes, mesa servida para los que no tienen para comer, enseñanza de lectura y escritura, trámites para sacar documentos, duchas calientes para la gente, leche en polvo para los chicos..Yo he tratado de no interferir, de no imponer; simplemente acompañar lo que espontáneamente surgía entre ellos y me di cuenta como la gente desea vivir mejor”.

LA REALIDAD TIRA ABAJO LOS ESQUEMAS

“La realidad tira abajo todos los esquemas; ese ha sido el testimonio por varios años de los que como agentes externos han venido a hacer alguna tarea. Aquí todo se acaba, hay que romper los planes, los proyectos, las teorías, los autores y empezar de nuevo. He visto señores profesionales quedarse perplejos, desorientados, y alguno desanimado y ya no volver más.
Es que una cosa son los papeles sobre los cuales hemos dedicado con tanta dedicación y claridad los caminos de la promoción y la evangelización y otra la vida, más dinámica y sorprendente, cambiante, compleja y entreverada. Yo no he escapado a esa sensación de frustración, de que en cualquier momento todo se derrumbe como un castillo de naipes”.

MUCHA PACIENCIA

“Pero entonces he vuelto a empezar, con mucha paciencia. Creo que, sin querer, he dicho la palabra adecuada para este lugar: paciencia, mucha paciencia. Es que la liberación no existe, existe el hombre concreto con cara de viejo precoz, él también con paciencia infinita, tirando del carro porqué la arriada le ha quitado el caballo. Soy su amigo y lo escucho. Me cuesta escuchar lo que el me cuenta porque estoy acostumbrado a escuchar temas de mi cultura.
El ha venido una noche a calentarse a mi brasero; me esfuerzo por sentir todo lo que él siente: el frío, los hijos, la calle, el desprecio, la pobreza, el hambre…”.

APRENDER SU MISMO LENGUAJE

“Para mí fue un esfuerzo grande aprender y emplear el mismo lenguaje de ellos. Nuestro lenguaje tiene que partir del “compartir” su misma vida, sus mismos sufrimientos. Entonces uno va encontrando la palabra adecuada… ¿Qué ámbitos hay para que sea escuchada esta gente? En la estructura social no hay.
En la Iglesia me pregunto si tenemos ámbitos para escucharla. No es para los agentes pastorales a los que les hemos dado tantos cursillos que aprendieron a hablar ellos también “en difícil”, sino para esta gente sencilla que no entiende nada de Iglesia y de estructuras, pero sí entiende el lenguaje de Jesús. Cuando leemos juntos el evangelio, las reflexiones que hacen ellos van a lo sencillo y concreto y no a la elucubración”.

ME APRISIONARON

“Ya no me puedo ir más del barrio; me aprisionaron. Muchas veces siento el deseo de independizarme. Pero hay de por medio todo un concepto de fidelidad. Fidelidad a Dios y fidelidad a la gente. Pienso que por ahí va también la práctica del Evangelio. No hay otra espiritualidad que supere a ésta.
El llamado es a dos puntas: Dios que te llama y te envía y también la gente que te llama y te recibe. Buscar la fidelidad a Dios y al prójimo te amasija todos los días. Aceptarlo todo por amor es lo que te va a hacer sentir bien a pesar de todo”.

CONOCER AL POBRE

“Ni siquiera la Iglesia conoce al pobre; habla de los pobres, pero no los conoce. Se olvida que entre los pobres verdaderos no hay jubilados, no hay asalariados, no hay obreros; entre los pobres hay sí, desaparecidos y torturados por el hambre…
Y si no lo conoce la Iglesia al pobre, mucho menos lo conocen los partidos políticos, las instituciones de promoción etc.. Solamente se conoce al pobre si se conoce la pobreza, si se ha tenido un contacto, una relación directa con la pobreza”.

¿QUIÉN ES EL CLASIFICADOR?

“Quisiera que tomáramos plena conciencia de quien es el clasificador (mal llamado “requechero”) y de lo que hace. No debe ser el chivo expiatorio de todos los males de la ciudad. Es un hombre que sufre, espera, quiere y trabaja. Con su presencia en las calles de nuestra ciudad, mientras carga su carrito con las “sobras” del consumo ciudadano, nos recuerda como agente ecológico que la naturaleza gime por nuestros despilfarros y que la mayoría de la familia humana recoge las migajas.
Su dignidad herida nos llama a reconocerlo como trabajador y ciudadano. Es el agente ecológico por excelencia en el contexto de una sociedad consumista y depredadora. Los políticos se quejan de su presencia en la ciudad y de la visión de miseria que da a los turistas.¡Hipócritas! Deberían simplemente quedar agradecidos ante este humilde trabajador que luchando para sobrevivir, ayuda a la sobrevivencia de todos y es profeta de la ciudad futura”.

LA VIDA DESDE LA BASURA

“Salí muchas veces con algunos vecinos que trabajan con los carritos, mateando, toda la noche. Lo he hecho porque me interesa mucho que se sea justos con estos obreros de la calle. Son obreros y de los más sacrificados y postergados. Incluso son muchas veces mal vistos por otros obreros del sector formal. Años sin sueldos fijos, sin derechos jubilatorios, sin seguros, sin asistencia médica, sin protección contra las inclemencias del tiempo, sin leyes sociales que los amparen como a los demás trabajadores. ¿Y qué decir de los niños que nacen y se crían en un entorno donde todo es basura, en zonas densamente pobladas? He visto que en ese arco de asentamientos precarios que rodea la ciudad de Montevideo, que arranca desde el Cerro y sigue por La Teja, Nuevo París y todo el norte desde Peñarol hasta el Hipódromo para cerrarse en Carrasco Norte, existe una enorme población infantil, seguramente la mayor de Montevideo”.

QUIERO DENUNCIAR

“Sin insultar, sin vociferar, sin causar resentimientos, quiero denunciar con toda mi fuerza la injusticia social en la que vivimos. A veces no sé cómo hacerlo, pero cada vez que muere un niño entre nosotros, siento remordimiento, me siento culpable y también siento que todos somos culpables. Lo único que me pesa es no haber empezado antes este trabajo, el mismo día que me consagré sacerdote… Me preguntan si esta vida no se me hace insoportable. Más me duele ver que llegamos tarde; que la Iglesia demora, las congregaciones religiosas demoran en acciones valientes, definidas. La inocencia en los niños muere temprano. Jóvenes que son buenos, caen en la delincuencia pudiendo salvarse”.

LA OPCION POR LOS POBRES

“La opción por los pobres pasa por el contacto con ellos. No hay comunión si no hay contacto físico, cercanía geográfica inmediata. Por algo Dios se hizo hombre y por eso veo que son tan importantes las comunidades insertas en los barrios periféricos. Antes que nada hay que abrir bien los ojos ante la realidad, buscar las causas de la injusticia, jugarse con ellos y por ellos, adoptar un estilo de vida coherente… Nosotros los cristianos optamos por ellos, porqué antes que nosotros Dios hizo esa misma opción y le afecta el dolor y la marginación de sus hijos”.

A MÍ NO ME IMPORTA

“A mí no me importa que los pobres me usen. Ellos han sido usados y manipulados toda su vida por los que tienen poder; está bien que alguna vez las cosas sean al revés. Es mentira aquello de que hay que enseñarles a pescar y no darles el pescado, porque nosotros les hemos robado la caña, el anzuelo, la barca, la red y hasta los pescados”.

EVANGELIZAR

“Yo he vivido esto como un deslumbramiento. Porque a través de todo este trabajo han surgido pequeños grupos que piden expresamente reunirse para leer el Evangelio, donde se lo discute, se lo compara y me dejan maravillado… Al ocupar las primeras casitas me pidieron celebrar una Misa sin saber bien de qué se trataba, pero, decían, era para agradecerle a Dios, para unirnos más y la seguimos haciendo una vez por semana. Evangelizar, por empezar, es pasar de condiciones menos humanas a condiciones más humanas. Pero su misma condición de pobres les permite a ellos estar mucho más abiertos a la Palabra de Dios”.

LA FE DE LOS URUGUAYOS

“Nuestro pueblo no tiene ese sedimento de fe que tiene el resto de los pueblos latinoamericanos. Es un pueblo al que se le cortaron los caminos hacia Dios, hacia el conocimiento de Cristo, del Evangelio hace unos 100 años atrás. En la escuela oficial se prohíbe nombrar a Dios. Una maestra que llega a nombrar a Dios se la suspende. A la pobreza material se le junta una pobreza espiritual y moral”.

TODO LO HAGO POR DIOS

“Todo esto lo hago porque Dios me lo pide; lo hago por Dios. Dios es capaz de hacer cosas imposibles como cambiar a las personas. Todo lo que se ha logrado es por la bendición de Dios. Dios tiene un propósito que lo va a cumplir, aunque sea para los niños. Hay que pedir fuerzas a Dios..Toda la misión de Jesús se sustentó en la oración. La intensísima compenetración de Jesús con su Padre provocó en Él una extraordinaria sensibilidad para los que más sufren y por aquellos que viven pisoteados en sus derechos”.

SUEÑO QUE TODOS…

“Esto que vivimos es un pecado social que no podemos seguir permitiendo que se prolongue por más tiempo. Sueño para el mundo que todas las gentes, rodeando la mesa común, compartan el pan que han amasado con la harina de la igualdad y la sal de la libertad”.

LA VIDA PASA POR LA CRUZ

“Yo creo que la Vida nueva pasa por la cruz, y que la cruz implica proceso, transformación, cambio; implica también la semilla que muere en el surco. Implica tiempo. El tiempo es un aliado del hombre. Dios respeta a las personas y también la historia y los procesos. Yo creo que no tenemos que desanimarnos.
Hay que seguir, no abandonar, ser solidarios hasta el fin…Yo no soy nadie, ni el barrio ni la zona dependen de mí. Todo depende de todos”.

TODO ES OBRA DE JESÚS

“Estoy enfermo y esto me ha resultado como un retiro donde he vuelto a encontrar a Jesús. Él siempre nos muestra un recodo en el camino, una nueva dirección que no es abandonar a los pobres sino dejarlo hacer a Él. Acá no hay una obra personal, sino que todo es obra de Jesús. Somos muchos los que estamos trabajando en nueve comunidades distintas y a veces me siento como un ladrón cuando hablan de la obra del p. Cacho. Sinceramente me siento avergonzado… El día que pueda reencontrarme con ustedes, lo haré con todas mis energías para brindarles no ya bienes materiales o preocupado por las obras sociales, sino más bien por la persona de Cristo”.

ESTAMOS EN TUS MANOS

“El médico ha sido claro: ¡cáncer al estómago! Es necesaria la cirugía. Bueno, estamos en Tus manos divinas…Señor, daremos el paso hacia donde tú quieras y cuando tú lo quieras”.

 

DIOS SE HIZO “VECINO”

En la inseguridad del camino
en la penumbra del amanecer
en la fecundidad del dolor
en la resistencia de la vida
en el rostro del pobre
en el grito del continente profeta
en la sangre de los mártires
Tu mano solidaria
ha bajado
hasta el barro, el hambre,
el rancho, los niños.
No la sueltes.

Las personas y los callejones
los basurales y los ranchos
se han ido transformando
porque Dios bajó a los barrios
y se hizo “vecino”.
Mientras haya manos capaces
de entregarse para siempre
la liberación es posible.

Sentirás que Su mano
se prolonga en la mía,
pequeña y sucia
para contagiar la Esperanza
de una vida liberada.

(Padre Cacho)