
Recientemente el arzobispo de Rosario, Eduardo Martín, hizo referencia a la violencia y a los crímenes que se registran en la ciudad, y se dirigió a las autoridades: «Es hora de que se tomen en serio lo que está pasando y no miren para otro lado». Asimismo, el intendente Pablo Javkin advirtió el peligro de que la violencia ligada al narcotráfico que afecta a la ciudad se expanda a todo el país: “ayuden a Rosario porque estamos en Argentina, no somos un hecho fuera de la Argentina, va a suceder en el resto del país lo que está sucediendo en Rosario».
Como cada año, el obispo presidió la procesión y la misa de San Cayetano, el pasado domingo. Esta vez, además de pedir “pan y trabajo” también se suplicó a Dios por la paz en la ciudad.
“Quiero poner el acento en la paz porque estamos viviendo una violencia terrible. Es hora de que las autoridades nacionales, provinciales y municipales se sienten a trabajar juntos y se tomen en serio lo que nos está pasando”, manifestó Martín, en referencia a las muertes a manos de sicarios en los barrios, las extorsiones y las amenazas en la ciudad.
“Si esto no se para nos va a arrastrar a todos”, reflexionó ante la realidad que no distingue víctimas (Rosario está viviendo crímenes conmocionantes que lesionan la vida de personas que no se encuentran vinculados con círculos mafiosos, son ciudadanos inocentes que trabajan y transitan la ciudad y encuentran la muerte en medio de las balaceras).
“Lo que estamos viendo es que se está gestando un Estado dentro del Estado, porque ponen sus propias reglas”, continuó Martín.
“¿Cuántos gendarmes hay en la ciudad? ¿Alcanzan? ¿Tienen un plan de trabajo?”, cuestionó con firmeza el obispo, que escucha y conoce a familiares de víctimas de la violencia y sabe del lamento de tantas personas y familias que se ven obligadas a abandonar sus casas y su barrio tras ser extorsionadas y amenazas.
“Mueren adolescentes, bebés y parece que naturalizamos las cosas como si sucedieran en otro lugar del mundo, pero si no lo frenamos nos va a llevar a todos. Necesitamos vivir en paz”, expresó.
El arzobispo se hizo eco del documento que emitió estos días la Comisión Ejecutiva del Episcopado Argentino con motivo de la celebración de San Cayetano y destacó la necesidad de trabajo y también de salarios que superen la inflación, porque “como reza una canción: no es posible morirse de hambre en esta tierra bendita del pan”, citó.
“Necesitamos estabilidad, no se puede construir sobre arenas movedizas, en ningún orden de la vida. La sociedad necesita sobre todo de la espiritualidad como fundamento sólido para crecer y ese fundamento es el mismo Cristo. Por eso no pierdo la mirada esperanzadora”, concluyó el obispo.
con informaciones de La Capital
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