En el 2022 se conmemoran los ciento cincuenta años del nacimiento del filósofo Carlos Vaz Ferreira y los cien años de la publicación de su obra Sobre los problemas sociales. Umbrales Uruguay reconoce esta figura de relevancia para la cultura y la educación de nuestro país, para Ciencias Humanas en general y para la Historia de las ideas de carácter nacional. Su sensibilidad frente a la injusticia social y los derechos humanos nos invita a conocer un poco más de su vida y sus textos. Aquí les dejamos algunas notas que seguiremos profundizando en sucesivas entregas.
Carlos Vaz Ferreira dedicó gran parte de su vida a la docencia y a la gestión educativa. Fue rector de la Universidad de la República en dos períodos: 1928 a 1931 y 1935 a 1941. Impulsó la creación de la Facultad de Humanidades y Ciencias; la ley constitutiva lo nombró como su primer director y luego fue dos veces su decano.
El núcleo fundamental de su obra filosófica, producida entre 1905 y 1910, ofrece textos de crucial relevancia para la historia intelectual de nuestro país: Ideas y observaciones (1905), Los problemas de la libertad (1907), Conocimiento y acción (1908), Moral para intelectuales (1908), El pragmatismo (1909), Lógica viva (1910).
Como intelectual y filósofo practicó y promovió una forma de reflexión independiente de escuelas y esquemas, enseñando a pensar por ideas para tener en cuenta antes que por sistemas, es decir, a pensar los problemas directamente, graduando las creencias y evitando los dogmatismos. De esta forma, Vaz Ferreira enseñó a abandonar pensamientos estériles y críticas inútiles que paralizan el pensamiento y la acción y que obstaculizan el desarrollo personal y social.
La obra de cuya publicación este año se conmemoran cien años —Sobre los problemas sociales— es, junto con sus conferencias sobre los problemas de la tierra, un texto de avanzada en el que el filósofo demuestra una gran sensibilidad ante las injusticias del orden social consagrado. Advierte que el tratamiento de los problemas sociales en tanto cuestiones normativas admite una forma de solución distinta a la de otros problemas a los que nos enfrentamos y por ello no podemos pensar en su resolución en términos de perfección. Además, advierte sobre las contradicciones y el exceso de desigualdad que supone el régimen vigente, signado por el individualismo liberal. Cuestiones como la prioridad de los derechos económicos y sociales, la justificación de un mínimo social consagrado a la persona solo por ser tal o la crítica a la herencia de la tierra son aspectos que aún nos interpelan y que justifican que continuemos visitando, resignificando y dialogando con su obra.
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