
El pasado 11 de Julio, en todas las diócesis del país, los fieles rezaron por la paz y por los sacerdotes y religiosos asesinados. El arzobispo Rogelio Cabrera (presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana), dijo: “es para que podamos convivir como hermanos”. Las oraciones por la paz en todas las iglesias de México, eran un pedido de la Conferencia Episcopal Mexicana (Cem), la Conferencia Mexicana de Religiosos y los jesuitas de la provincia mexicana.
En particular, se hizo un memorial de todos los sacerdotes, religiosos y religiosas que fueron asesinados en el país, y en algunos casos las fotos de estas personas fueron colocadas en los templos. En Monterrey, el arzobispo Rogelio Cabrera, dijo: “No olvidemos que durante el mes de julio y especialmente en este día, se realizan jornadas de oración para pedir por la paz y el fin de la violencia en nuestro país; no dejemos de orar por nuestras autoridades y por todos los ciudadanos, para que México pueda gozar de una paz duradera en la que podamos convivir como hermanos”.
En Cuernavaca, el obispo Ramón Castro, secretario general del Cem, frente a las fotos de los sacerdotes asesinados, dijo: “Desde nuestra catedral nos sumamos a la Jornada Nacional de Oración por la Paz; estamos llamados a ser buenos samaritanos, constructores de paz. No desperdiciemos esta oportunidad de emprender el camino de la paz de la mano de Dios, nuestra oración dará fruto”.
El semanario de la arquidiócesis de la Ciudad de México, “Desde la fe”, a través de su editorial, hizo un llamado “al diálogo con las autoridades gubernamentales y con los distintos actores de la sociedad civil, porque dan vida a un diálogo que apunta a una estrategia eficaz de pacificación nacional. Es tiempo de actuar”.
Recientemente, el presidente de México, Andrés López Obrador, se había preguntado de manera polémica: «¿Por qué la Iglesia levanta la voz recién ahora?». El Cem respondió al presidente publicando la lista de todas las intervenciones por la paz y contra la violencia y el crimen que publica la Iglesia mexicana desde 1968.
El mes de oración por la paz continuará a partir de los próximos días, cuando se celebrarán misas y se promoverán encuentros y momentos de oración en lugares significativos, «que representan a todas las personas desaparecidas o que han sufrido una muerte violenta», en el convencimiento que, “donde hay una herida que sanar, está la fuerza que el país necesita hoy para construir la paz”. Durante las misas del 31 de julio, la oración será por los verdugos, por su vida y su conversión. Cada diócesis, congregación o parroquia tomará otras iniciativas.
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