Mi experiencia de Dios

Por Roberto Torres Collazo

“Lo “veo” cuando acompaño los justos reclamos de los migrantes indocumentados, las víctimas de racismo, de la homofobia”.

Les comparto en una palabra mi experiencia de Dios, porque estoy convencido de que la espiritualidad es el mejor camino para humanizarnos, es decir, para divinizarnos. Antes, es necesario hacer unas precisiones. Se puede sentir y percibir la existencia de Dios, pero no se puede definir quién es Dios. Ni siquiera los más grandes místicos de las religiones a lo largo de la historia y el presente lo han podido definir. Y si les preguntas, su respuesta será el silencio, una poesía o una metáfora, un cuento, un canto, porque hablar de Dios es balbucear.

Decir que Dios es amor, sabiduría, luz… es cierto, pero esos atributos no expresan toda la profunda realidad divina que sobrepasa todo entendimiento y conocimiento. El único medio para experimentarlo a profundidad es dejándonos llevar día a día por su Espíritu viviendo una íntima relación con Dios.

A pesar de mis muchos defectos y pecados, puedo percibir su presencia en medio de mis problemas personales; regalándome serenidad para enfrentarlos. Puedo sentirlo en las mañanas cada vez que despierto con una sonrisa y paz. Lo experimento cuando estoy en medio de la naturaleza contemplando su creación mi alma se llena de admiración. Cuando me regala su fuerza para pedir perdón o perdonar y para no devolver mal con mal. Lo “veo” cuando acompaño los justos reclamos de los migrantes indocumentados, las víctimas de racismo, de la homofobia, víctimas de los fundamentalismos económicos, religiosos, políticos, militares.

Experimento una suave fuerza espiritual que me sobrepasa, dentro y fuera de mí, que me posibilita vivir en libertad y amar desinteresadamente. Que me mueve a buscar el bien de todos y todas; especialmente de los pobres. Me impulsa a luchar por un mundo posible y soñar con esperanza en la utopía del Reino de Dios y su justicia, cuya plenitud está más allá de la historia, aunque comienza aquí y ahora en el presente.

Hace muchos años creía que el único camino espiritual estaba solamente en mi iglesia católica, pero mis lecturas y participación en eventos con otras denominaciones cristianas y religiones me han llevado a redescubrir al Dios universal que se vale de muchos caminos, mediaciones y ama a todos y todas. Ninguna religión puede tener el monopolio de la verdad o como dijo el Indio e hindú Mahatma Gandhi: “La verdad es más grande que nosotros”. La verdad es una búsqueda, no una meta. En esta búsqueda de la verdad tuve el privilegio de confraternizar en un zoom con teólogos y pastores hermanos cristianos y cristianas de diversas iglesias hermanas protestantes en abril de 2021, donde dialogamos sobre los desafíos que confrontan las iglesias. El foro tuvo por tema, ¿Se apagan las luces en las iglesias?, moderado por el destacado periodista Jaime Torres Torres.

La espiritualidad se puede dar y se da fuera de las instituciones religiosas y no es exclusiva de ninguna religión, cualquiera puede beber de la fuente de toda Energía universal. Grandes hombres y mujeres espirituales tuvieron problemas con las instituciones religiosas: Jesús, san Francisco, Dietrich Bonhoeffer, Sor Juana Inés de la Cruz, san Juan de la Cruz, Martin Lutero y muchos otros. También la experiencia de Dios no puede ser narcisista, se comparte con sencillez, sin imponer, su vivencia. Hay la espiritualidad del ateo, esto es, que puede conocer el mismo tipo de experiencia espiritual que el creyente a través de sus experiencias estéticas, de comunión con la creación y los que sufren. La espiritualidad desborda el campo religioso. Mi experiencia espiritual me ha ayudado, sin dejar mi identidad, a dialogar, compartir, respetar y ser tolerante con diversos creyentes y no creyentes.

Desde el punto de vista cristiano, la espiritualidad en el siglo 21 no consiste tener arrebatos “raros”, ver luces, escuchar voces ni en la adhesión intelectual a unas series de verdades o leer muchos libros de espiritualidad, sino revestirse de los sentimientos de Jesús reproduciendo en la práctica sus criterios de vida. Hacer nuestra en la práctica su opción por los pobres, los indefensos y débiles. En el actual siglo la espiritualidad es oponerse a la violencia, defender los derechos humanos y derechos de la Madre Tierra, rechazar el patriarcado, acoger al migrante indocumentado, no tener miedo a profundizar en la fe y confiar plenamente en la misericordia de Dios. La espiritualidad se nutre y cultiva diariamente, es una actitud ante la vida, es lo que llamamos la experiencia de Dios. ¡Si no has comenzado esta experiencia profunda espiritual te animo a hacer lo que dice el Salmo 34(33)!:

“Gusten y vean cuán bueno es el Señor”. 

 

Referencias

Bermúdez, F. (2021). Diálogo entre religiones: para un mundo nuevo. Editorial Europa: España.

Betto, F. & Boff, L. (2005, 6ta. edicao). Mística e espiritualidade. Editorial Garamond: Brasil.

Biblia, versión Latinoamericana.

Comte-Sponville, A. (2014). El alma del ateísmo: introducción a una espiritualidad sin Dios. Editorial Paidós: México.

López, B.A. (2014). Ojos nuevos para un mundo nuevo: de la experiencia mística a “otro mundo posible”. Editorial Desclée De Brouwer: Bilbao.

Maria Arnaiz, J. (2007, 2da. Edición). Místicos y profetas. Editorial PPC: España.

Mesa, A. M. (2014). Espiritualidad para tiempos de crisis. Editorial Desclée De Brouwer: Bilbao.

Tamayo, J. J. (Junio 9, 2018). Hacia una espiritualidad profética para el siglo XXI. Conferencia del Dr. Juan José Tamayo en Boston College, MA, Estados Unidos. En en Español en YouTube: Aug 20, 2018. Parte 1 y 2.

Torres Collazo, R. (Noviembre, 2020). 7 palabras para la felicidad: hacia una espiritualidad del siglo 21: Umbrales.edu.uy