
En la Diócesis de San Marcos de Arica, del 23 al 26 de mayo se celebra el VIII Encuentro Internacional de Pastoral de Movilidad Humana en el que participan obispos y agentes de pastoral de Bolivia, Perú y Chile para replantear y reflexionar juntos su servicio humanitario a las personas migrantes en las distintas realidades que se presentan.
El Vicepresidente del INCAMI (Instituto Católico Chileno de Migración), padre Lauro Bocchi, dice acerca de la realidad de los migrantes: “Muchos hombres y mujeres han dejado sus tierras cruzando fronteras para nuevas oportunidades, y con los cierres de fronteras, se han encontrado en una situación irregular. Se ha desplegado todo tipo de ayuda y apoyo por parte de la Iglesia Católica, para hacer frente a una realidad que no solo es chilena, sino que se ha hecho transversal”.
Para el obispo de San Marcos de Arica, Moisés Atisha Contreras: “desde hace 15 años se viene realizando el encuentro de obispos de frontera y este es el octavo. El tema a tratar siempre ha sido la situación fronteriza, la movilidad humana, la trata de personas. Estos últimos dos, tres encuentros con este, están marcados fundamentalmente por la migración forzosa de Venezuela, pero también la situación haitiana”.
Este año el encuentro presenta la novedad del estudio de la nueva ley de migración chilena.
Dice el obispo Ciro Quispe López, de Juli, Perú: “no sólo estamos compartiendo nuestros trabajos, nuestras experiencias, los dolores de los migrantes, los sufrimientos de las familias, los anhelos y sueños de mejores condiciones de vida, sino que también estamos intentando hacer un trabajo mancomunado como Iglesia en estos lugares ‘construyendo puentes’ entre nosotros para trabajar de una manera articulada; así sabremos acoger, alentar y dar una mano a los emigrantes que cruzan nuestras fronteras, que hoy padecen y buscan mejores condiciones de vida.. Nuestro lema de amor al prójimo nos obliga a estar siempre atentos a ellos, y ver la manera de crear puentes con las autoridades gubernamentales, con los gobiernos y darles mejores alternativas a los migrantes».
Por su parte Ricardo Morales Galindo, obispo de Copiapó, Chile, ha expresado “estar contento de compartir experiencias con quienes están sacando adelante la pastoral inmigrante en nuestras tierras, sobre todo de aprender de lo que otros hermanos y hermanas de Perú y Bolivia están haciendo hoy día en favor de nuestros hermanos migrantes. Es una experiencia siempre enriquecedora porque los desafíos son siempre mayores, la realidad de la inmigración nos interpela y como pueblos hermanos tenemos que saber acoger a quién llega de nuestras fronteras; mostrar ese rostro misericordioso que la Iglesia hoy día tiene que dar como testimonio de su seguimiento y fidelidad de Jesucristo”.
Para Basilio Mamani Quispe, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de La Paz, Bolivia: “Cada uno tenemos un servicio muy diferente, por lo que estamos en este encuentro para informarnos y sobre todo para compartir este servicio que presta la Iglesia en las fronteras”. El intercambio sirve para “prestar un mejor servicio a nuestros hermanos migrantes, que ellos se sientan también como hermanos, apoyados por nosotros”.
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