
Desde Rusia habla para EFE el teólogo ortodoxo Serguéi Chapnin, que trabajó 15 años para el Patriarcado de Moscú y hace tiempo se ha disociado del actual patriarca. Afirma Chapnin: “Kirill se ha convertido en uno de los principales aliados de Putin hasta el punto de justificar la guerra en Ucrania…
…Kirill ha llamado a cerrar filas con el ejército ruso en su guerra contra el Anticristo, es decir contra el gobierno ucraniano y sus patrocinadores occidentales. Para el Kremlin y la Iglesia de Kirill, Ucrania nunca existió como país y no es más que un apéndice de Rusia; y esto sobre la base de que el cristianismo ruso empezó hace más de mil años en Kiev.
Kirill celebró solemnemente la Pascua acompañado por su amigo Putin con un gran cirio en la mano y no tuvo ni una alusión a la tregua de Pascua propuesta por la ONU y el Papa. Ya había considerado “guerra santa” la intervención militar rusa en Siria. Nuestra Iglesia no tiene voz propia, ya no es independiente y apoya abiertamente al estado. La mitad de las diócesis ucranianas dependientes del patriarcado de Moscú, ha dejado de mencionar a Kirill en sus sermones y oraciones.
Para Kirill allí donde se habla ruso, la fe debe ser ortodoxa bajo su tutela, independientemente de las fronteras internacionales; su misión es defender a los rusos y sus valores tradicionales. Muchas personas tras la caída de la URSS pensábamos construir una Iglesia libre de todo servilismo, pero prevaleció el deseo de recibir privilegios políticos y económicos del estado.
Ahora las bases de la Iglesia rusa se han rebelado contra la “operación militar especial”, como se puede ver en la carta pública que 300 religiosos firmaron condenando la “guerra fratricida” y advirtiendo que “a quienes apoyan la violencia los espera el juicio final de Dios”. El pueblo de Ucrania debe elegir su futuro de manera independiente, no a punta de pistola y sin presiones ni del este ni del oeste. Kirill por otra parte introdujo la gestión unipersonal y autoritaria en la Iglesia.
En realidad nuestra Iglesia está en crisis. La sociedad rusa es muy secular y los rusos ya no van a la Iglesia. Son todos ortodoxos, pero de una religión más cultural. Hay tres o cuatro veces más creyentes en Ucrania que en Rusia”.
Al igual que este teólogo, son muchos los religiosos en Rusia que condenan la guerra, pero temen ser perseguidos. Hay desinformación; muchos creen que es Ucrania que atacó a Rusia y no reconocen que Rusia es el agresor. El estado ha fagocitado a la Iglesia, que ahora es una institución estatal más y el patriarcado de Moscú ha sido denunciado repetidas veces de enriquecimiento ilícito.
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