
Cristóbal López es el cardenal arzobispo de Rabat (Marruecos), un salesiano español de 65 años que estuvo 18 años en Paraguay y 3 en Bolivia y ahora reside en África. Dejó estas impactantes declaraciones al diario ARA, refiriéndose al hecho de que entre 2012 y 2019 España ha perdido 4 mil entre sacerdotes y monjas y los seminarios se vacían. Se declara de acuerdo con el papa Francisco en la denuncia de un clericalismo excesivo.
Afirma López: “La Iglesia en España funcionará mejor cuando haya diez mil sacerdotes menos; por el contrario los cristianos laicos no asumirán nunca la responsabilidad que les corresponde en la Iglesia. La reducción del número de fieles en la práctica religiosa hay que interpretarla positivamente. El gran problema es otro, y es cuando la sal evangélica pierde su gusto y la luz de Cristo ya no ilumina a nadie.
Ojalá hubiera más sacerdotes, pero es la hora de que los laicos deben tomar conciencia de que no son clientes de la Iglesia, de que son otro Cristo por el bautismo. En Europa y en España a los cristianos les falta vivir la fe con entusiasmo, con la alegría del Evangelio. Nuestro objetivo final no es el crecimiento numérico de la Iglesia; la Iglesia es el medio y el signo pero el objetivo es el Reino de Dios. Hay lugares donde hay mucha Iglesia y poco Reino; donde la Iglesia vive para sí misma y está ausente de las periferias.
No hay que preocuparse del número, de la cantidad, de las obras sino de aportar un mensaje realmente evangélico. No es cuestión de ser más sino de ser mejores y entusiastas de nuestra fe. Jesús creó la Iglesia con los apóstoles al servicio del Reino de Dios, que proclamó y puso en marcha. Y el Reino de Dios, que es un reino de hermanos, lo podemos construir con las demás religiones y hombres de buena voluntad. Si un cristiano no cree que podamos vivir todos como hermanos, que se borre.
Dios es Amor y su Reino está donde hay amor, justicia y paz. Cuando me hablan de crisis vocacional me río, porque no la hay. Lo que hay son menos sacerdotes, pero cada vez más hay laicos comprometidos. Si los sacerdotes salesianos no hubieran sido menos, no habríamos tenido a laicos como directores de nuestros colegios, que lo hacen estupendamente bien porque están preparados para ello. El Evangelio ha de penetrar todas las rendijas de la sociedad y es tarea preferente de los laicos para que lo lleven allí donde viven y trabajan. Evangelizar no es principalmente una tarea de micrófono y altavoz, de palabra y de libros; o de llevar la Biblia bajo el brazo. Es tarea de testimonio de vida y relación personal.
En Marruecos somos pocos los cristianos; una pequeña isla en un mar de musulmanes. Pero nuestra presencia es significativa porque somos como un puente entre religiones y culturas. Me duele en el corazón cuando al volver a España encuentro personas que no llegan a comprender que los musulmanes no son ni nuestros enemigos ni nuestros adversarios. Tengo amigos musulmanes que darían la vida por mí. No somos la Coca Cola y la Pepsi Cola disputándose el mercado. Hay que entender que todos somos hermanos en el Dios único”.
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