
En una proclama (¡NO a las Guerras, SÍ a la Paz!) las Comunidades Cristianas de España (CCP) sacaron un manifiesto del cual extraemos algunos párrafos. Además de condenar la agresión rusa a Ucrania, expresan: “La OTAN surgió en la guerra fría en contraposición al Pacto de Varsovia. Como este ya no existe, la OTAN debería también desaparecer porque no hace sino alimentar la guerra fría y la guerra caliente…
…Ninguna guerra es justificable, ni en defensa de la religión, de la patria o la seguridad nacional, ni mucho menos bajo la vana excusa de llevar la democracia, la paz o el progreso a otros países. Las guerras siempre son una fábrica de muertos, heridos, prófugos y refugiados, familias desmembradas. Todas las guerras, vengan de donde vengan, demuestran que siempre sirvieron y sirven a mezquinos intereses económicos, a la expoliación y a la expansión imperialista, a costa del sufrimiento de los pobres y el sacrificio de sus vidas.
Decimos NO al perverso negocio de las guerras, a las sanciones discriminadas que siempre terminan en daño del pueblo. Decimos NO también a las guerras “silenciadas” en Siria, Líbano, Irak, Yemen, África..; al genocidio del pueblo palestino, de los pueblos originarios de América Latina en beneficio del extractivismo de las grandes corporaciones; a las masacres en Colombia de líderes indígenas, campesinos, sociales y sindicales….
Decir NO a la guerra es decir NO también a la OTAN y a las bases militares en territorio ajeno. Es exigir la desmilitarización, erradicar el armamentismo, reducir drásticamente el gasto militar, dedicándolo a paliar el hambre y la pobreza en el mundo. Hay que invertir en la creación y fortalecimiento de organismos internacionales que garanticen la paz, por los menos igual que lo que se invierte en las armas. La guerra nunca conduce a la paz; nunca se supera con otra guerra. El ojo por ojo termina cegando a todos. En una guerra todos pierden, hasta los que no participan en ella, por sus consecuencias. La paz solo se consigue con la fraternidad, la igualdad, la libertad, el respeto riguroso de las distintas culturas y del medio ambiente. Los Derechos Humanos han de ser norma universal para todos, empezando por el derecho a la vida y a una vida digna. La paz no es solo ausencia de guerra sino un orden justo, el camino y el método para resolver los conflictos”.
Tiempo atrás el papa Francisco ha recordado cómo de las tres banderas modernas de la revolución francesa (liberté, egalité, fraternité), ha quedado por enarbolar la última, que es una misión específica de las religiones y en especial del Cristianismo, ya que solo podemos reconocernos hermanos teniendo un padre común. La fraternidad no es una utopía inalcanzable; por el contrario debe ser un objetivo común. Y esa es la proclama del papa Francisco en Fratelli Tutti y en el documento sobre Fraternidad Humana de Abu Dabi.
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