
Según el teólogo Gonzales Faus “la propuesta de Francisco en la estación XIII del Vía Crucis del Coliseo era seguramente la más buena y a la larga más eficaz que la que al final se propuso. Querían excluir a la mujer rusa por ser rusa, pero su exclusión significaba no solo una condena para Putin sino para todos los rusos tan solo por el hecho de serlo. Era una condena injusta para todas aquellas personas inocentes que están sufriendo y condenando la barbarie de su gobierno, que han preferido inclusive marcharse de su país e ir a vivir a otros lugares en condiciones precarias, o que no se atreven a protestar por el carácter tiránico de su gobierno o por las mentiras de sus medios de comunicación…
…Nadie es digno de condena por el hecho de ser ruso, como nadie es digno de condena por el hecho de ser judío. En tiempos de Hitler era frecuente la pregunta: ¿puede haber algún alemán que sea bueno?. Y la judía Etty Hillesum que murió en los hornos de Auschwitz escribía en su diario: ‘Me basta que haya un solo alemán que sea bueno, para que no sea enemiga de los alemanes’ ”.
Por su parte escribe el jesuita Antonio Spadaro: “Hoy muy pocos creen en la posibilidad de negociaciones para la guerra de Ucrania. El único camino que se prevé es la escalada militar, con tiempos muy largos. El Papa, buscando la paz, se ha asumido la responsabilidad de posturas riesgosas hasta quedarse solo, como una voz que grita en el desierto, mientras todos gritan: armas, más armas… El Papa ha denunciado varias veces que se ha llegado a esta guerra por falta de adecuadas negociaciones; y todos se han preparado para la guerra. Ha recordado: ‘Lo de seguir fabricando y comerciando armas, inexorablemente conduce a usarlas y a multiplicar las guerras’. Por el contrario, lo que hace la diplomacia vaticana es coser y no cortar, aún en situaciones políticamente difíciles. No es neutralismo. El Papa sabe que la violencia engendra una espiral de violencia y las victorias llevan a una paz inestable, precursora de nuevas guerras”.
Días pasados el Papa ha recordado el Manifiesto de 1955 firmado por Bertrand Russel y Albert Einstein que había contribuido al desarrollo de la bomba atómica. Se declaraban a favor de la eliminación de las armas nucleares y advertían: “La humanidad está en peligro y solo si este peligro es advertido, hay esperanza de que todos juntos se pueda conjurar. Debemos aprender a pensar de manera distinta ; no ya cómo conseguir una victoria militar, sino qué medidas adoptar para impedir un conflicto armado, ya que en la actualidad puede ser catastrófico para todos. No hay que hacerse ilusiones. Los acuerdos anti-nucleares firmados en tiempos de paz, no serán considerados vinculantes en tiempos de guerra. Los contrastes entre oriente y occidente se resolverán no con la guerra sino concediendo algo a todas las partes en causa”.
Muchos han recordado también en estos días al monje pacifista norteamericano Thomas Merton que advertía en los años sesenta sobre “el peligro de una destrucción del planeta en la medida que los líderes mundiales sigan con políticas construidas sobre la amenaza de usar los nuevos medios de exterminio”. Promovía la no violencia activa y ponía como ejemplo al pueblo de Dinamarca que durante el nazismo se rehusó a colaborar en la deportación de los judíos y así el 95% de la población judía se salvó. El rey se había ofrecido por protesta a llevar puesta la misma estrella amarilla de los judíos y la gente boicoteó en masa las iniciativas alemanas.
Sobre la guerra en Ucrania el vaticanista Marco Politi escribe en el diario italiano “Il fatto quotidiano”: “Al comienzo occidente tuvo una actitud defensiva para frenar la invasión de Putin, pero ahora Estados Unidos, la OTAN y Kiev quieren un guerra total contra Rusia. Kiev (gobierno y eclesiásticos) ha buscado enrolar también al Vaticano en esta batalla contra Rusia, pero Francisco no quiso embanderarse. Igual que los Papas anteriores quiere mantener celosamente la autonomía de la Santa Sede y no volver a siglos pasados cuando el Papa se aliaba con algunos estados excomulgando a otros.
Francisco no es neutral porque ha condenado con palabras durísimas esta agresión armada y sus crímenes, pero quiere estar arriba de las partes. Por eso ha suspendido su posible viaje a Kiev y postergado su encuentro con Kirill.
El Vía Crucis de las dos mujeres llevando juntas la cruz en el Coliseo, ha sido boicoteado en Ucrania por todos los medios, inclusive los católicos. Significaba la victoria de Cristo sobre el odio y la violencia. La mujer rusa el día de la invasión de Ucrania, había encontrado llorando a la amiga ucraniana expresándole su dolor y pidiéndole perdón.
Pero no surgen propuestas alternativas a la guerra total hasta la victoria; prevalece la lógica militarista. Solo el Papa insiste en una “verdadera negociación, dispuestos todos a algún sacrificio, para el bien de una población extremada”.
Pide además y justamente “otra manera de gobernar el mundo”, es decir una revisión profunda de las relaciones internacionales, un nuevo pacto global”.
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