NADIA MURAD: VIOLACIONES como ARMA de GUERRA

nadia hablando a la prensa. usa una blusa negra, cabello largo y suelto
La Nobel de la Paz 2018, Nadia Murat: Embajadora de la ONU sobre la Dignidad de las Víctimas de la Trata de Personas y Premio de Derechos Humanos Vaclav Havel.

 

Nadia Murad es una muchacha iraquí de 29 años, Premio Nobel de la Paz 2018 y habló en el Consejo de Seguridad de la ONU. La activista, que ahora es embajadora de la ONU, fue secuestrada, torturada y violada por milicianos de ISIS.

Dijo Nadia: “llevar el grito de las mujeres ucranianas que están sufriendo la brutalidad y la violencia sexual como arma de guerra por parte de los soldados rusos. Aunque termine el conflicto, el trauma en estas mujeres quedará para siempre. El ensañamiento contra el cuerpo de la mujer enemiga es una atroz expresión del odio alimentado por los conflictos. Por los acuerdos de Ginebra, la violación sexual y la reducción a la esclavitud son delitos contra la humanidad y no tan solo crímenes de guerra. Las violaciones mortifican el cuerpo y el alma, pisotean la dignidad de las personas, son humillantes. Fue tan solo en los años noventa con el conflicto de los Balcanes y el genocidio de Ruanda que se empezó a denunciar estos delitos sobre los cuales, se ha dicho, “hubo el más grande silencio en la historia”. Ahora la violación sexual también en situación de conflicto puede ser prevenida”.

Nadia Murad presentó un proyecto de normas internacionales que se han dado en llamar “código Murad”, fruto de laboriosas encuestas en particular sobre las violaciones masivas como arma de guerra. La violencia sexual sobre las mujeres abarca no solo el estupro sino la prostitución, las mutilaciones, la esterilización forzada, etc.
Según organismos de Derechos Humanos se ha descubierto que en Bucha (Ucrania) 25 mujeres de 14 a 24 años han sido violadas por días enteros y en continuidad en un sótano por soldados rusos. Junto a Nadia Murad, en 2018 recibió por el mismo motivo el premio Nobel de la Paz el ginecólogo congoleño Denis Mukwege. Este doctor operó y salvó a decenas de miles de víctimas de violaciones en su hospital de Bukavu, en el Congo oriental; el Nobel fue “por sus esfuerzos para erradicar las violaciones sexuales como arma de guerra”.

En el este del Congo numerosos grupos armados incendian casas y abusan de mujeres y niños. El doctor, que es un ferviente cristiano, realiza hasta diez cirugías por día, pero ya ha sufrido un atentado y está amenazado de muerte; por eso tiene escolta policial las 24 horas. Ha pedido la creación de un Tribunal Penal Internacional para castigar estos crímenes totalmente impunes que se van dando en el Congo desde hace casi treinta años.