ARGENTINA: “SIMPLE DOSIS de SENTIDO COMÚN”

A los que en noticieros y diarios critican al Papa para no hacer expresamente el nombre de Rusia, de Putin, de Kirill, etc., les responde el obispo Ariel Torrado Mosconi de Nueve de Julio (Buenos Aires) que conoce desde siempre a Francisco y explica: “Hay extrañas razones, intereses o prejuicios por los cuales gran parte de los medios de comunicación han hecho foco en algunos silencios o afirmaciones del Papa sobre la guerra en Ucrania…

…Algunos hasta lo señalan como cómplice de los crímenes y atrocidades que allí se cometen. Sin embargo el Papa ha sido meridianamente claro y no se anduvo con eufemismos condenando esta guerra de agresión con palabras contundentes. Sabemos por otra parte que muchas veces la opinión pública es manipulada por lo tendencioso de algunos órganos de prensa. Una simple dosis de sentido común bastaría para entender que el papel de mediador o facilitador en pos de una negociación, tregua o ayuda humanitaria, como está intentando hacer el Papa, requiere discreción, cierta neutralidad, expresiones medidas y prudentes, evitando cualquier signo de parcialidad o favoritismo, lo que imposibilitaría cualquier chance de mediación. Es lo que ha hecho siempre el papado en estos casos. El Vaticano además quiere mantener los vínculos con la Iglesia Ortodoxa que también tiene que ver con esta guerra. No se puede negar que el Papa está haciendo un trabajo silencioso pero eficaz en favor de la paz”.
También se cuestionó al Papa por haber dicho que “todos somos responsables“ de esta guerra. Dijo Francisco: “Después de la segunda guerra mundial se ha intentado poner las bases de una nueva historia de paz. Sin embargo no aprendimos nada y se siguió con la vieja historia de la competencia entre las grandes potencias. Hoy la lógica dominante sigue siendo la de las estrategias de los estados más poderosos que por afirmar sus intereses, extienden su poder económico, ideológico y militar”.

Por su parte el historiador y fundador de la Comunidad Sant´Egidio Andrea Riccardi comenta: “No hemos sido capaces de construir una paz duradera. Se ha vuelto a revalorizar la guerra como instrumento de solución de los conflictos. Se han expandido los nacionalismos. Cada uno ha tratado de buscar sus propios intereses y no los de todos. Después del 89 con la caída del muro de Berlín se esperaba que terminara la guerra fría. Se esperaba un siglo de paz. Nadie puede considerarse ajeno a la responsabilidad de la paz. Se ha producido una indiferencia generalizada frente a tantas injusticias y guerras olvidadas. El amargo despertar de esta guerra puede y debe ser una toma de conciencia de que todos somos interdependientes y corresponsables”.

Por su parte el Papa ha enviado por tercera vez al cardenal Konrad Krajewski a Kiev para celebrar la Semana Santa junto a los fieles ucranianos en su nombre. Al mismo tiempo la Academia Pontificia de Ciencias, de la cual hacen parte muchos Premios Nobel, ha sacado un importante comunicado criticando la “grave amenaza de las armas nucleares” planteada por Rusia, la decisión de “mantener las armas nucleares en alerta máxima, los misiles químicos, biológicos o hipersónicos para evadir los sistemas de defensa”. Cuestionó “las bombas sucias, la destrucción de centrales nucleares, la fuga de residuos nucleares, el creciente peligro de que muchos otros países y grupos terroristas puedan adquirir armas nucleares o desarrollar la capacidad de producirlas. No se justifica el uso de estas armas destructivas que provocan la muerte de tantos inocentes con el pretexto de civilizar, moralizar o simplemente ocupar. Las miopes ambiciones nacionales y el ansia de poder son el germen de un conflicto que puede llevar a una guerra general y nuclear. Hay que activar las conciencias con una poderosa batalla cultural para que se entienda que las guerras no son inevitables y que tan solo pacíficamente se resuelven los conflictos”.