«TODOS INVITADOS a la MESA»

el entrevistado retratado en su escritorio, con una biblia y lapiz en mano. al costado, una imagen de santo domingo.
 

Amigos, Santiago Fernández es un Fraile Dominico, nació en España, en la comunidad autónoma de La Rioja, su pueblito se llama Alfaro. En 1960 hizo su primera profesión religiosa y hace algo más de 50 años que fue ordenado sacerdote. Lleva unos 45 años en Uruguay, si bien estuvo algún tiempo también en Paraguay. Actualmente es párroco de Santísima Trinidad, en Camino Maldonado, Montevideo.  Es bien conocido en la zona pues suele recorrer el barrio e ir al encuentro de las comunidades, a visitar a los vecinos en su ya «tradicional bicicleta»  lo que lo hace, además de su don de gentes, ¡un misionero muy cercano a todos!

Santiago, terminan de celebrar un Año Jubilar por vuestro fundador Santo Domingo ¿Qué ha significado y cómo vivieron dicha celebración? 

Son 800 años, 8 siglos donde hubo de todo, cosas hermosísimas y cosas de decadencia, pero el que se conserve una espiritualidad siglo tras siglo indica que acierta bastante con el Evangelio y con la realidad. Por motivos de la pandemia, muchas cosas han sido por internet, pero de todas formas hemos celebrado a Santo Domingo, que acertó para una renovación de la Iglesia desde la Palabra: había decaído la predicación, también con la aparición de doctrinas nuevas y Domingo vuelve a la Palabra para renovar, comenzando por una diócesis al sur de Francia y siendo unos poquitos frailes los dispersó y fue cuajando en Italia, Inglaterra, Francia, España… Hemos recordado todo eso con el lema «en la mesa con Santo Domingo» que es compartir la comunidad, la mesa de la comida pero también el alimento espiritual para nosotros y para los demás. ¡TODO EL MUNDO INVITADO A LA MESA!
Una cosa que es bien significativa para nosotros, dentro de la crisis de vocaciones que tiene la Iglesia: los frailes cuando yo vine acá en el año 70 éramos 12 o 14 todos españoles, pero ahora somos 20 en nuestra Provincia, que está integrada por Paraguay, Uruguay y Argentina, y la mayoría son de estos países y jóvenes, así que podemos decir ¡vamos adelante!
Y los laicos, si bien no son un número muy grande, son hermanos muy comprometidos, se va creando mucha conciencia y creo que ahora entramos en una etapa nueva de considerar mucho más la colaboración con los laicos, con la Familia.
Hay también una iniciativa muy linda, que viene de  Brasil pero que se retomó con mucha fuerza en Paraguay, que se llama «la Red vocacional» que desde los grupos que hay en parroquias, colegios, con gente joven y comprometida hacer un planteo vocacional de cara a tomar compromisos donde Dios llame, entre profesionales, en las familias, en movimientos, no va solamente de frailes o hermanas, de ahí han surgido vocaciones jóvenes muy comprometidas.

 

Vuestra parroquia Santísima Trinidad es bien conocida en Montevideo por lo extenso de su territorio y por ser «comunidad de comunidades» ¿Cómo han ido llevando este tiempo de pandemia, cómo se movieron? 

Nuestro territorio parroquial tiene muchos barrios: Flor de Maroñas, la parte más al este, toda Bella Italia, parte de Jardines del Hipódromo, Chacarita, Punta de Rieles, y los asentamientos. Por ejemplo, hay seis pequeños juntos, y cada uno con su nombre, entonces son muchos barrios, y por lo tanto si se quiere evangelizar, no es invento nuestro, sino que viene de Puebla y que Aparecida retoma, es necesario sectorizar, entonces si nosotros no vamos, no hay forma de llevar el Evangelio.
Entonces surgió la idea, procurar de que en cada barrio haya gente que sintiéndose contenta desde la fe y el testimonio, forme comunidades en el propio lugar, haciéndose cargo de la catequesis de niños, de adultos, atención a los enfermos, también con pequeñas academias de proyección social, cercanía con las comisiones de barrio, con el compromiso de estar cerca de la gente, son laicos muy comprometidos.
Con la pandemia, los encuentros disminuyeron, la Eucaristía no se dejó, pero ni siquiera se podía ir a visitar a la gente, que es una modalidad nuestra muy fuerte, pues ésta se estaba cuidando. Pero sí ganamos mucho en dos cosas: una, en la atención a necesidades inmediatas, por ejemplo en cuanto alimentos, colaborando con 9 ollas populares, ninguna dependía de nosotros, pero tenemos un muchacho que se prepara a ser Diácono permanente, Daniel, que tiene mucha práctica y que estaba en contacto con otras 4 parroquias, mejor surtidas que nosotros: La Gruta, San Alejandro, Aires Puros, Maturana, las cuales hicieron un esfuerzo y nos ayudaron muchísimo, así que lo nuestro fue distribuir en las ollas lo que recibíamos, ¡fue muy intenso!
Y por otro lado la comunicación por internet, algunas cosas por Zoom, pero fue mucho más eficaz el WhatsApp, entonces se hicieron varios grupos. Llegaron a ser unas 180 personas, en Semana Santa y luego para Pascua, si bien alguno luego tuvo que dejar, seguimos adelante, poniéndole «parroquia evangelizadora» y sirve mucho también para saber en qué estamos todos, y se difunde mucho la información.
La comunidad está en el barrio para evangelizar, ahora estamos en pleno trabajo para formar grupos de catequesis de niños, en los barrios dónde están mejor económicamente, está costando un poco más, en los barrios más pobres, por ejemplo dónde está la comunidad Jesús de Nazareth, ahí hay una animadora muy valiosa y gente muy comprometida en el barrio, comenzaron con 19 niños, que creo ¡ahora serán unos cuantos más!

 

Papa Francisco, Laudato Sí, Fratelli Tutti, Iglesia en salida… ¿Qué te dice todo esto? 

Muchas cosas de las que está diciendo el Papa son de América Latina, que él procura extenderlas a toda la Iglesia. Entonces él ha ido hablando clarito, sencillo, la gente lo puede entender, y sintoniza mucho con lo que estamos haciendo, cuando dice «iglesia en salida» bueno, uno se siente reconfortado, porque es un esfuerzo que venimos haciendo, ¡salir!
Jesús nos dijo «vayan», ese ha sido nuestro lema, parroquia evangelizadora, y estar en los barrios. Luego creo que no es que nuestra gente domine intelectualmente, por ejemplo a Laudato Sí, pero cualquier señora del barrio tiene sus plantas, y cuida sus animalitos, entonces sintonizan muchísimo, es un conocimiento existencial, afectivo, cercano, muy profundo.
Fratelli Tutti es vivir en comunidad, vecinos entre vecinos, muy abiertos a los demás, salir, y se da un compartir espontáneo, como por ejemplo, para pedir un asfalto que se necesita para las calles, y al lograrlo, ¡es como que están en la gloria!

 

Cuéntanos, en lo personal ¿Cómo estás viviendo esta Cuaresma?

He estado pensando en el Misterio Pascual como una realidad. Viste que puede asimilarse esto solo con conceptos, pero el Misterio Pascual ha sido un acontecimiento en la historia, que ha cambiado a la misma, el Padre nos envió a Jesús, y el núcleo de su vida fue recibir agradeciendo para compartir y eso lo llevó a entregar la vida. Y era la vida de un hombre, y lo que tenía ese hombre para ofrecer era una vida limitada, que además la dió en una situación de fracaso, no murió como un héroe, sino como un fracasado, enviado a la Cruz por los sumos sacerdotes, por las autoridades políticas, incluso  por la gente.
Lo que Él ofrecía era un amor total, verdadero, no el del que presume, es el que llega a decir «Dios mío, por qué me has abandonado» (salmo 22), bueno con ese trasfondo me voy preparando, si esto le pasó a Jesús, eso es lo que ha de pasarnos a nosotros.
Un cristiano, un bautizado, renueva en Pascua el tomar partido con Jesús, sabiendo que este mundo del que somos parte y en el que Jesús se siente hermano de todos, dando la vida por todos -creyentes y no creyentes, ricos y pobres- ese modo es el modo auténtico de vivir, pues todos somos uno, esa parte social, comunión de santos o comunión de pecado.
Esto es a lo que más vueltas le he dado, sabiendo que la Cuaresma son 40 días y que la Pascua es un cambio, que por los sacramentos y la liturgia nos viene y que tiene otros 50 días de Resurrección, de ver a Cristo presente en la comunidad, o en el camino, o en el encuentro personal como por la Magdalena, o en medio del trabajo como en la pesca.
Son 50 días para compartir con Cristo ese cambio interior que vamos haciendo de a saltitos, y luego compartir la vida del Resucitado con los otros. Nuestra vida, la historia de cada día ¡tiene mucho de Pascua!

 

Gracias, Santiago, por tu fraterno compartir, María del Rosario y Madre de Predicadores ¡te siga acompañando con su ternura materna!

 

Jorge Márquez, jardinero.

(Siempre es buena la oportunidad para agradecer a la Familia Dominicana «mi escuela de vida»)

Un comentario sobre “«TODOS INVITADOS a la MESA»

  1. Lo conozco desde chico ahora me mude lejos, pero es el mismo sacerdote humilde con su bicicleta que yo lo veía ir por las casas de los vecinos a visitar un ejemplo a seguir un Dominico como Santo Domingo de Guzmán. Slds. Gerardo Ormazábal

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