MENNINI: POR QUÉ GUERRA? 

siete cochecitos depositados en fila en un andén
Polacos dejan cochecitos en la frontera, para ucranianos que llegan huyendo de la guerra.

El arzobispo Antonio Mennini, que por años ha trabajado como representante del Vaticano en Rusia y Uzbekistán, ha hecho este análisis publicado recientemente en “Settimana”. “La caída de la URSS ha sido vivida por la mayor parte de los rusos como una derrota y una humillación; Gorbachov fue visto como un traidor. Es verdad que entre Rusia, Bielorrusia y Ucrania hay vínculos muy estrechos de  cultura, religión , historia y hasta de parentesco entre familias…

Sin embargo, las 15 repúblicas ex soviéticas quisieron y quieren la independencia. También Ucrania quiere la independencia, ve a Moscú como un conquistador que quiere imponerse y se siente amenazada. Por eso recurre en ayuda de la Unión Europea de la cual quiere hacer parte y de la OTAN.
El 5 de diciembre de 1994 se firmó el Memorándum de Budapest en el cual a cambio del traslado del arsenal nuclear soviético de Ucrania a Rusia, esta  se comprometía a respetar la independencia y la soberanía de Ucrania y a abstenerse de cualquier amenaza, uso de la fuerza o presión económica contra Ucrania.
Por otra parte, uno de los compromisos de occidente y de Estados Unidos al caer la URSS, era que la NATO no se expandiera en los países de la ex URSS.
Esta promesa tampoco se cumplió y en vez de elaborar una política de paz y reconciliación, occidente mantuvo una actitud de superioridad con respecto al mundo eslavo y ruso en particular. Al llegar Vladimir Putin, por entonces jefe de los servicios secretos, al poder en el año dos mil en Rusia, muchos se auguraron la restauración de un poder fuerte que llevara a Rusia a su pasado esplendor. Ahora nos encontramos frente a un nacionalismo exacerbado que defiende los valores tradicionales frente a la corrupción de occidente, pero también rescata figuras como Iván el Terrible o José Stalin por haber derrotado el nazismo.
Se ha implementado un régimen que reprime cualquier oposición política y cierra los medios independientes. Se ha inoculado la idea de que occidente odia a los rusos y por lo tanto hay que defender y rescatar a todos los conciudadanos presentes en los territorios del ex imperio soviético”.

Así  se ha hecho en Crimea y en la región del Donbass en Ucrania. “Ya en 2008 Francia y Alemania se habían opuesto a una inclusión de Ucrania en la OTAN, porque representaría un acto hostil hacia Rusia”, ha recordado el diario vaticano L´Osservatore Romano.
Que un país no esté alineado con ninguna potencia no es un desvalor.
Según muchos observadores la idea de poner a Rusia de rodillas y a Putin con las espaldas a la pared, es pura esquizofrenia. Putin, usando la fuerza militar, quiere la neutralidad y la desmilitarización de Ucrania, la independencia del Donbass y que la comunidad internacional reconozca a Crimea como territorio ruso.
Esta violencia, además de la devastación de Ucrania, ha creado por ahora la huida al extranjero de un millón y medio de ucranianos, sin contar los desplazados internos debido a los ataques indiscriminados a objetivos civiles.
Algunos piden la intervención militar de occidente, pero este teme la bomba atómica que Putin amenazó con usar.
Sin embargo en un análisis histórico  no hay que usar una doble medida. Escribe el sacerdote escritor Fernando Bermudez López sobre la agresión rusa: “Quien está sin pecado que tire la primera piedra. Estados Unidos habla de democracia y libertad después de haber apoyado a cantidad de tiranos y genocidas en América Latina.
Ahora condena la invasión rusa de Ucrania cuando su historia reciente está plagada de intervenciones militares: Afganistán, Irak, Libia, Siria…
Tiene más de 800 bases e instalaciones militares en todo el mundo, como si fuera la policía de la humanidad. Estados Unidos más que nadie y con sumas astronómicas, está empeñado en la carrera armamentista y en la venta de armas cuando dos terceras partes de la humanidad sucumben en la miseria y el hambre. Son hechos indignantes; los pueblos quieren paz y justicia, no armas y guerras”.