VATICANO: el PAPA y la GUERRA

nena ucraniana de unos diez años sostiene un juguete al que mira muy seria. al fondo se ven los refugiados que llegan a polonia y las cajas con donaciones.
Polonia muestra su solidaridad con quienes huyen de Ucrania.

El Papa ha exaltado la impresionante solidaridad del pueblo ucraniano y del pueblo polaco por haber acogido en su país y en sus casas a unos 900 mil prófugos ucranianos en tan pocas semanas, según la ONU. Alabó también la avalancha de solidaridad en todo el mundo con Ucrania.

El Papa, aún no condenando directamente a Rusia, criticó con fuerza la intervención militar y la guerra pidiendo  el cese de la misma y la protección de la población civil como una prioridad.
Francisco no retiró su embajador de Kiev, porque se ha ofrecido para facilitar negociaciones y ha pedido que se abran corredores comunitarios, lo que todavía no se ha logrado concretar.
Los obispos católicos de Rusia y Bielorrusia también condenaron la guerra y pidieron un alto al fuego. El arzobispo de Moscú Paolo Pezzi (hay 800 mil católicos en Rusia), consciente de que toda guerra es contra los pobres, se quejó por la escalada de las sanciones económicas  porque “como siempre, será la población más pobre y vulnerable la que va a sufrir las peores consecuencias”.
Aunque el derecho internacional ofrece la posibilidad a los agredidos de defenderse frente al agresor, la Iglesia defiende el diálogo y la negociación como la mejor apuesta.
El envío masivo de armamentos no es la mejor solución porque alimenta la confrontación y podría  llevar a una larga  guerra de desgaste. La gestión de paz del papa Francisco se enriqueció con la visita oficial del Nuncio Apostólico en Moscú Giovanni D’ Agnello al patriarca Kirill con la intención de involucrarlo como facilitador de la paz.
Kirill dijo: “La Iglesia no puede participar en el conflicto; solo puede ser un fuerza pacificadora”. Reconoció la labor que el papa Francisco hace en “la contribución a la creación de la paz y la justicia entre los pueblos”.
Sin embargo Kirill no condenó la invasión rusa, ni  pidió un cese del fuego o tregua alguna. Es que perdiendo Ucrania, Kirill perdería una parte muy importante de su Iglesia.
También en Rusia la mayoría de los sacerdotes rusos son ucranianos y también muchísimos fieles. Si perdiera Ucrania, la Iglesia Rusa sería mucho menos de la mitad de lo que es ahora, con el peligro de perder la primacía numérica en el mundo.
Francisco, que en 2013 a través de Jaime Ortega había logrado una distensión entre Estados Unidos y Cuba, sigue con su diplomacia de pequeños pasos, heredero de la ostpolitik vaticana.

Al mismo tiempo el Papa está programando otros viajes. En sus viajes internacionales, Francisco ha elegido preferentemente países periféricos. Ahora, después de visitar la isla de Malta del 2 al 3 de abril, el Papa se propone visitar la República Democrática del Congo del 2 al 5 de julio y al Sud Sudan del 5 al 7 de julio.
En el Congo visitará la ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, el epicentro de las guerrillas y la violencia en el país. También Sudan del Sur es un país hundido en una cruel guerra civil y en una terrible crisis humanitaria y alimentaria.