Se ha conocido, por parte de la Secretaría General del Sínodo, el primer balance del proceso sinodal del Pueblo de Dios hacia el Sínodo de Obispos de 2023 en Roma.
Según el comunicado “los laicos y la vida consagrada en particular están mostrando un gran entusiasmo que se está traduciendo en una miríada de iniciativas, sobre todo en África, América Latina y Asia. También hay cierto deseo por parte de otras confesiones cristianas para contribuir a este camino sinodal.
Se encuentran también algunas dificultades. El miedo y la reticencia se dan en algunas asociaciones de fieles y entre el clero. También hay cierta desconfianza entre los laicos que dudan de que su contribución sea realmente tenida en cuenta. La pandemia por otra parte limita en gran medida las reuniones presenciales.
La consulta al Pueblo de Dios no puede reducirse a responder a un simple cuestionario. Entre las dificultades más recurrentes que surgen en este proceso sinodal son la necesidad de formación, dejar la autorreferencialidad en pos del anuncio del evangelio, la corresponsabilidad misionera, la búsqueda de nuevas formas de participación de los jóvenes, implicar más a los que viven al margen de la institución eclesiástica, la desorientación expresada por parte del clero.
Este proceso sinodal suscita mucha alegría y dinamismo, pero también una serie de incertidumbres que deben ser abordadas. Esta conversión sinodal de todos los católicos es un proceso largo que durará más tiempo que el proceso en sí. Desde muchos sectores se desea que el camino sinodal nacido a nivel local continúe mucho más allá de este proceso sinodal, para que todos los católicos asumamos la sinodalidad como una dimensión constitutiva de la Iglesia”.
Como es sabido, lo novedoso del próximo Sínodo de Obispos no es solo la asamblea de obispos de octubre del año próximo en el Vaticano, sino un camino de preparación de dos años por parte de todos los católicos del mundo. La fase diocesana termina en agosto próximo; seguirá la fase continental hasta marzo del año próximo.
Desde 1967 hasta la actualidad se han celebrado en Roma 29 Sínodos de Obispos, pero por primera vez, el del año próximo será precedido por un camino o itinerario de consulta por parte de todo el Pueblo de Dios. El Secretario general del Sínodo es el cardenal Mario Grech y el relator es el cardenal Jean-Claude Hollerich.
En el Sínodo participarán con voz y voto tan solo los obispos y, por primera vez también una mujer, la religiosa francesa Nathalie Becquart. Se trata de un proceso eclesial que se realiza en el seno de una comunidad jerárquicamente estructurada.
Mientras tanto el Papa prepara un viaje a la isla de Malta del 2 al 3 de abril, que tendrá como eje central el tema de los inmigrantes que allí llegan de la costa norte de África. En una fecha aún por determinar viajará este año a Canadá para pedir perdón por los abusos y muerte de miles de niños indígenas en internados católicos entre los siglos 19 y 20. También visitará por primera vez a Oceanía, en fecha a determinar. Es posible, como es su deseo, que viaje a Sudán del Sur con el arzobispo anglicano Justin Welby, al Líbano y al Congo.
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