ESTADOS UNIDOS: “SÍ a la PAZ , SÍ al DESARME”

El 11 de enero pasado el arzobispo de Santa Fe (Estados Unidos) John Wester publicó una carta pastoral con el título: “Vivir a la luz de la paz de Cristo”. La carta cuestiona todas las guerras en el marco de las actuales tensiones bélicas en Ucrania, la carrera armamentista y sobre todo el rearme nuclear actual.

El obispo escribe desde New México en cuyo territorio están algunas de las mayores centrales mundiales de armas nucleares como Los Álamos. Es este el centro científico o laboratorio donde se creó la primera bomba atómica y se la probó el 16 de julio de 1945 en Alamogordo.
La carta pastoral del obispo es importante por respaldar expresamente el magisterio del papa Francisco y ser la continuación, después de 40 años de silencio, del documento profético de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos “El desafío de la paz” de 1982. La carta episcopal apoya el concepto del Papa sobre la actual “tercera guerra mundial a pedazos” o fragmentada (por las distintas y numerosas modalidades bélicas en el mundo de hoy), el documento de Abu Dhabi ( “la Hermandad  humana”) firmado por el Papa y el líder religioso islámico Al-Tayeb; condena como inmoral no solo el potencial uso de las armas nucleares sino su posesión.
La guerra tiene ahora un poder destructivo incontrolable; nunca la humanidad ha tenido tanto poder con la energía nuclear y nada garantiza que la use para el bien.
El obispo cita a Martin L.King: “El mandamiento de amar a los enemigos es una absoluta necesidad para nuestra sobrevivencia. El amor a los enemigos es la solución de los problemas de nuestro tiempo”.
Hoy la competencia empuja a los países que poseen armas nucleares a implementar enormes programas de modernización, como Estados Unidos que prevé un gasto de 1,7 trillones de dólares para los próximos años. Son 13 mil las cabezas atómicas en el mundo, suficientes para destruir varias veces el planeta. Las falsas alarmas, los fallos en los sistemas de seguridad, los desechos radioactivos y tóxicos, el peligro de un acceso a la energía atómica por parte de la criminalidad organizada y el terrorismo, presentan enormes desafíos para el futuro.
El tratado de no proliferación firmado por 189 países no ha logrado sus objetivos y el tratado de prohibición de posesión de armas atómicas no ha sido firmado por ninguna de las potencias nucleares.

Decía Gandhi: “Solo la no-violencia puede salvar  a la humanidad. La no-violencia es el mensaje central de la Biblia. Cristo dijo: “Felices los hacedores de paz” en el sermón de la montaña. La fuerza que nace de la verdad y de la justicia puede reemplazar la violencia y la guerra”.
El obispo Wester se declara de acuerdo con el Papa para pedir la abolición completa de las armas nucleares a nivel mundial. Invertir en programas internacionales de resolución de los conflictos, sería mucho más productivo que gastar escandalosamente tanto dinero en ojivas nucleares. Termina diciendo: “La solución de las controversias no es la violencia o la guerra, sino el esfuerzo honesto y sincero de hombres y mujeres para un diálogo que lleve a la paz”.