
El sacerdote y escritor español Faustino Vilabrille escribe sobre África: “La media de los vacunados en África es de solo 14% con las dos dosis. Hay 23 países donde las vacunas con dos dosis no llegan al 5%. Hay más de mil millones de africanos sin vacunas…
…Cuando una pandemia avanza tan rápidamente y con tantas variantes, nadie estará a salvo a menos que todo el mundo lo esté. Los científicos lo advirtieron, el Papa lo repitió, pero hay muchos oídos sordos.
En África hay además otras pandemias:
257 millones de personas pasan hambre y para 2030 serán 433.
Veintitrés millones de niños africanos van a clase con hambre.
Unas 320 millones de personas no tienen acceso al agua potable.
600 millones no tienen acceso a la luz eléctrica.
En algunas partes solo hay un médico para veinte mil habitantes.
El cambio climático arrasa con la agricultura.
El 80% de las mujeres africanas trabajan en el campo y producen el 80% de los alimentos básicos, pero solo reciben el 10% de los beneficios; ellas son el futuro del continente en la medida que se le dé más acceso a la educación y a la cultura.
Los países ricos con sus multinacionales siguen explotando los enormes recursos naturales africanos sin contribuir en nada a su desarrollo.
Más de 25 millones de hectáreas de tierra africana han sido compradas por empresas multinacionales extranjeras durante los primeros diez meses del año pasado, con una política neocolonialista apoyada por el propio Banco Mundial. La mayoría de los países africanos tienen que dedicar más dinero para pagar la deuda externa que para la salud, educación y protección social de su gente, con tasas de interés que se elevan al 15%. El mundo de la opulencia todavía no aprendió a ser más austero y solidario; tuvo que venir la pandemia para obligar a muchos a una vida más sobria”.
Según OXFAM en los dos años de pandemia las 10 personas más ricas del mundo, cuya riqueza es seis veces superior al patrimonio del 40% de los países más pobres, han más que duplicado sus riquezas, al ritmo de quince mil dólares por segundo. En el mismo tiempo, 163 millones de personas cayeron bajo la línea de pobreza y viven con 5,50 dólares por día. Hay una élite de 2.600 super-ricos cuya fortuna ha aumentado cinco billones de dólares.
Menos del 1% de las vacunas ha llegado a las personas de los países más pobres y los que mueren allí por covid son más del doble que en los países ricos. Las empresas farmacéuticas han llegado a hacer pagar una dosis hasta 24 veces su costo de producción. Frente a estas injusticias OXFAM pide un impuesto mundial sobre los más ricos. El 7 de diciembre en Abuja (Nigeria) fueron destruidas más de un millón de dosis de vacunas enviadas por occidente, ya vencidas o por vencer. Aún los pueblos pobres no quieren ser engañados y usados. Lo mismo que en Nigeria, según UNICEF, cien millones de dosis han sido destruidas o devueltas por los países pobres de todo el mundo, al rechazar por dignidad las migajas de la mesa de los ricos.
Debe estar conectado para enviar un comentario.