CHILE: DESAFECCIÓN a la POLÍTICA

retrato nocturno de boric, que posa con las manos en los bolsillos, y la camisa por fuera del pantalon. las mangas remangadas dejan ver taruajes en ambos antebrazos. detras se ve una pared con una enredadera y un farolito encendido
Boric: un millennial en La Moneda.

El 21 de noviembre pasado tuvieron lugar las elecciones presidenciales en Chile, con la clara victoria de Gabriel Boric de 35 años, un ex líder estudiantil que estuvo al frente de las pasadas manifestaciones masivas por una educación pública gratuita y de calidad. Será hasta 2026 el presidente más joven de la historia del país, descendiente de inmigrantes croatas, típico representante del malestar generacional que reclama un país más igualitario e inclusivo.

Boric será el primer presidente de izquierda elegido democráticamente después de Salvador Allende. Ganó al frente de “Convergencia Social”, una especie de Frente Amplio de partidos democráticos de izquierda, contra José Antonio Kast, hijo de un ex oficial pronazi, pinochetista y admirador de Bolsonaro, contrario a una nueva Constitución.

Anunció Boric: “Vamos a trabajar  en equipo con todos los sectores. Los desafíos son demasiado relevantes para quedarnos atados  a las trincheras y todos somos necesarios”.
Según el arzobispo de Concepción y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Fernando Chomali “hubo un clima de campaña agresiva, descalificadora que no permitió enfrentar con hondura los grandes problemas que en Chile necesitan respuesta: pobreza y desigualdad, corrupción, pueblos originarios …”
El voto en Chile no es obligatorio y ha habido una gran abstención; votó solo el 47% del padrón electoral. El motivo es que hay una gran desafección de la política y muchos piensan, gane quien gane, que las cosas van a seguir igual que siempre. Y muchos también se han dado cuenta que el actual modelo socio-económico ya no responde a las expectativas más profundas de las personas; expectativas que tienen que ver con la educación, la salud, la vivienda, pensiones dignas…
Más del 25% de la riqueza producida en el país es propiedad del 1% de la población, según datos de la ONU.

El editorial de la revista de los jesuitas chilenos “Mensaje”, comenta: “La abstención, sumada con la polarización que se ha dado en las elecciones, obliga al gobierno entrante a preguntarse cómo gobernar con este congreso y con esta apatía de la población. También obliga a la oposición a preguntarse si dedicarse a destruir simplemente lo que venga de arriba o buscar formas de llegar a acuerdos de largo plazo. La Convención Constituyente sigue con su trabajo, pero con una pobre participación política. Es imprescindible la renovación de los partidos políticos, porque entre los jóvenes existe un interés muy bajo para la política partidista. Falta profundidad en el discurso político, más allá de los eslóganes del marketing. Hay que volver al respeto de las personas y de las ideas; entonces será posible un diálogo de calidad, indispensable para lograr un país más equitativo y justo”.