El 22 de enero en San Salvador se celebrarán las beatificaciones del párroco Rutilio Grande y del fraile italiano Cosme Spessotto junto a los laicos catequistas Manuel Solórzano y Nelson Lemus ametrallados al lado de Rutilio Grande por los escuadrones de la muerte en la década del ochenta. Presidirá la ceremonia en nombre del Papa el cardenal Gregorio Rosa Chavez, obispo auxiliar de San Salvador y gran amigo del santo obispo Romero.

Se celebra también el 40 aniversario de la masacre de la aldea de El Mozote donde 1.730 civiles fueron masacrados por las fuerzas armadas en 1981 y con total impunidad hasta el día de hoy; y la desaparición o muerte de miles de catequistas. Todos acusados de comunistas por los militares de aquel entonces y una oligarquía de 14 familias.
Falsas acusaciones que se repiten aún hoy en día. A las mismas responde en Religión Digital el sacerdote Javier Sanchez con este título: “¿Jesús fue comunista?”.
Así escribe: “Algunos piensan que Jesús era muy angelical y no se metía en este tipo de problemas. Su misión era dedicarse a las cosas del Padre, es decir las del cielo y no las de la tierra. Sin embargo su gran proyecto era el Reino de Dios, lo que le costó la vida. En el gran discurso de la montaña según Mateo o de la llanura según Lucas, se lo ve preocupado por los pobres, los sufridos, los despreciados, los que no cuentan en la sociedad, los marginados y pecadores. Son precisamente estos los que entendieron el mensaje de Jesús. Fueron los ricos y poderosos en el ámbito político y religioso los que mataron a Jesús. “Dichosos los pobres y ay de ustedes los ricos” son palabras incuestionables de Jesús. No entender esto,  como lo entendió Maria (Lc 1, 52-53), es no entender el evangelio aunque vayamos a misa todos los domingos y fiestas de guardar. Carlos Marx llegó muchos siglos después y criticó la religión como opio del pueblo y alienación porque así la vio practicar por los cristianos. Pero ya Jesús había dicho que Dios y el dinero eran incompatibles y que no se podía servir a dos señores. Fue tan novedosa la denuncia de Marx en un mundo supuestamente cristiano, que desde entonces parece  que todos los que se preocupan por los pobres son marxistas y comunistas. Sigue habiendo una Iglesia impoluta que no quiere mezclarse y embarrarse en estas cuestiones. Se lava las manos como Poncio Pilato y por eso nunca sufre persecuciones por el evangelio. EL Papa Francisco, que ha llegado del hemisferio sur y brega por los pobres del mundo, es comunista. El obispo Helder Cámara (camino hacia la beatificación), el arzobispo Oscar Romero ya canonizado, Pedro Casaldáliga, los teólogos de la liberación, los mártires de la UCA, el padre Rutilio Grande, el fraile Spessotto, el beato Enrique Angelelli eran todos comunistas”.

Y al que escribe le asalta una duda final: “¿No será que también Jesús de Nazaret era comunista?”.