EUROPA: NUEVA CORTINA de HIERRO

una casa cerca de la frontera entre polonia y bielorrusia luce una luz verde de seguridad
Una luz de esperanza: focos verdes en casas próximas a la frontera de Polonia para señalar que es un lugar seguro para los migrantes.

El drama de los emigrantes varados en la frontera entre Bielorrusia y Polonia ha sido dolorosamente marcado por la muerte de un niño sirio de un año, a causa del frío invernal, con temperaturas bajo cero. Murió en un bosque de la frontera…

Según el arzobispo Vincenzo Paglia de la Academia Pontificia para la Vida “esto representa un escándalo para todo el continente, por su crueldad e incapacidad de encontrar una solución para un número muy modesto de personas que buscaban asilo. Este continente ha renegado de su inspiración judeocristiana y de toda la tradición humanística posterior que siempre hizo de la hospitalidad una de las piedras angulares de su cultura. Esta muerte recuerda la muerte del pequeño Alan Kurdi, encontrado sin vida en una playa turca. Y todavía no reaccionamos. Es una indiferencia que el papa Francisco ha señalado como diabólica. Juan Pablo II se auguraba un continente que respirara con sus dos pulmones (occidente y oriente), pero ahora  muere de  asfixia”. El presidente de los obispos europeos cardenal Jean-Claude Hollerich protestó: “No hay que instrumentalizar a los emigrantes y aprovecharse de su desesperación por motivos políticos; es muy grave y tendrá consecuencias muy graves”. “Es desgarrador ver a un niño morir en las puertas de Europa; es inhumano.  De Alan Kurdi por los menos había una foto; de este niño nada. Hasta somos incapaces de imaginar lo sucedido”, dijo el presidente del parlamento europeo David Sassoli.

Los emigrantes echados de Bielorrusia se encontraron con que Polonia ha puesto 15 mil soldados, policías y guardias en una frontera de 400 km. y ha levantado una valla de alambre de púas. Son muros y vallas lo que se están construyendo en los países del Norte. No ya para protegerse de ejércitos enemigos como antes, sino de pobre gente inerme que huye del hambre y las guerras. En los últimos 50 años (1968-2018) han sido construidos 65 muros. Ahora son Polonia y Lituania que construyen barreras con alambre de púa para defenderse de los emigrantes provenientes de Bielorrusia: familias con mujeres, ancianos y niños, inaugurando una nueva ruta balcánica, lo que el Vaticano ha definido “algo insensato y una derrota del humanismo”.