El gasto militar mundial desde 2000 hasta hoy se ha duplicado y se acerca a los dos mil billones de dólares al año. Este derroche enorme de dinero en favor de instrumentos de muerte ha sido denunciado por cincuenta Nobel de física, química y medicina que se han dirigido a los jefes de gobierno de todo el mundo para que negocien un acuerdo global para reducir los gastos militares un 2% cada año, por cinco años.
Se trataría de promover un Fondo global para hacer frente a la pandemia, al cambio climático y a la pobreza extrema. Este llamado ha surgido de personas de ciencia que advierten racionalmente la absurdidad de tantos gastos militares cuando hay tanta urgencia para proteger lo elemental de la vida humana en el planeta.
Según el SIPRI de Estocolmo en 2020, el año de la pandemia cuando cundía el desempleo y el hambre, los cien mayores productores de armas han ganado 531 billones de dólares.
Las industrias bélicas de Estados Unidos alimentan a 41 empresas que han totalizado una ganancia de 285 billones de dólares en 2020. Le sigue China; tan solo 5 empresas chinas han vendido armas con una ganancia de casi 67 billones de dólares en 2020.
Hay actualmente en el mundo 361 conflictos activos y 22 guerras de alta intensidad. La propuesta tardía de los científicos, de reducir los gastos en armas para atender al hambre de los pueblos, ya había sido hecha por el papa Pablo VI en la encíclica Populorum Progressio (1967) y fue renovada hace poco por el papa Francisco en Fratelli tutti.
Francisco ha definido a las industrias bélicas como “una cizaña planetaria, que sigue fabricando y traficando armas gastando ingentes capitales que podrían servir para la sanidad y terminar con el hambre en el mundo. La más grande estructura de pecado y de injusticia es la misma industria de la guerra, porque está al servicio de la muerte. Es pecado y locura destruir puentes, fábricas, hospitales, escuelas. Es hipocresía hablar de paz en los congresos internacionales y vender armas a países que están en guerra”.
Debe estar conectado para enviar un comentario.