
El 6 de diciembre los gobiernos de Estados Unidos y México reanudaron el programa MPP (“Quédate en México”) que había sido frenado temporalmente por Joe Biden al comienzo de su administración. Esta política que había sido introducida por Donald Trump, establece que los que quieren buscar asilo en Estados Unidos deben permanecer en México hasta que su solicitud sea aprobada por las autoridades migratorias. Decenas de miles de migrantes ya habían sido devueltos a México con esta política. Otros miles de migrantes serán devueltos a los albergues de las distintas ciudades fronterizas de México que ya están saturados, obligando a improvisar campamentos cerca de los puentes internacionales.
Los puestos fronterizos de México tienen graves problemas de inseguridad porque el narcotráfico y el crimen organizado se han adueñado de los mismos con secuestros, torturas, asaltos, violaciones de mujeres y niñas.
La violencia en Honduras, Guatemala, El Salvador y ahora Haití continúa forzando a miles de personas a dirigirse hacia el Norte pasando por México. Numerosos migrantes viajan en caravana, con mujeres y niños, exponiéndose al colapso por el sol, el hambre, la deshidratación, la violencia de los narcos, sin que el gobierno ofrezca soluciones.
Entre enero y octubre de este año entraron al país 228.115 migrantes, el 64% más que el año anterior. Los obispos de Estados Unidos y México han denunciado la reanudación del programa MPP. La Conferencia Episcopal mexicana sacó el documento: “Urgente llamado al gobierno de México”. En el documento los obispos se muestran “decepcionados por la situación caótica, el sufrimiento, la desesperación y la violencia que sufren los migrantes” y exigen como “urgente la intervención decisiva de los tres poderes de gobierno para que se respeten los derechos fundamentales de los migrantes, de acuerdo con la constitución política de México. El programa MPP viola múltiples principios internacionales en temas de refugio y asilo, como el derecho al debido proceso y a la no devolución. La política del gobierno es confusa e ineficaz”.
Para los obispos, el presidente Lopez Obrador “incumplió con sus promesas” y denuncian la “situación alarmante de los migrantes limítrofes por el hacinamiento, la demora en la visa, los abusos de las fuerzas de seguridad, el hostigamiento de las autoridades locales y federales que desatan violencia con bloqueos en las carreteras y conflictos en las poblaciones”.
Terminan los obispos ofreciendo su ayuda a través de las numerosas Casas de Migrantes y Albergues que regentea la Iglesia y mostrándose dispuesta a canalizar propuestas concretas del gobierno en beneficio de los migrantes.
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