Angelo Scola fue patriarca de Venecia, arzobispo de Milán y el principal contendiente de Jorge Bergoglio en el último Cónclave de 2013, en el cual el mismo Scola invitó a sus partidarios a votar por Bergoglio. En una reciente entrevista a América Magazine, al cumplir 80 años, Scola declaró: “La aparición de Francisco como Papa, su estilo de liderazgo ha sido como un puñetazo en el estómago, que el Espíritu Santo ha usado para despertarnos especialmente a las grandes iglesias europeas que sufren de cansancio…

…Los ataques actuales contra el Papa son crueles, duros e insolentes. Atacar al Papa es generar un daño a la Iglesia. A mí me enseñaron desde siempre que el Papa es el Papa y se merece el mayor de los respetos. No puedo aceptar ciertas actitudes que considero injustas desde la perspectiva de la Iglesia. Se puede no entender esta o aquella postura del Papa, pero hay que hacer todo lo posible para comprender plenamente lo que ha propuesto el Papa. Para mí éste Papa es el “Papa coraje” que necesitamos. Francisco insiste en promover una cultura del encuentro y no del conflicto; y este es el camino que los católicos debemos seguir”. 

Sobre los cardenales que critican públicamente al Papa: “Si bien entiendo su confusión interna, no veo la necesidad de esos ataques, especialmente en público. Siempre existe la posibilidad de que un cardenal escriba al Papa, solicite audiencia y busque explicaciones. Es necesario que acompañemos al Papa siempre, también en este camino sinodal. Espero que la sinodalidad pueda generar un nuevo estilo de Iglesia y nos vuelva a motivar a todos: clero y laicado. No va a ser fácil. En Europa nos hemos acostumbrado a montar comisiones y subcomisiones, donde hablamos y hablamos pero sin lograr caminar juntos. El Papa es el punto de referencia último para la navegación de la barca  de la Iglesia, sobre todo cuando el mar es tormentoso. Nunca debemos perder una actitud de iglesia para la que hemos optado en plena libertad, que es la obediencia. No veo el riesgo de un cisma, pero sí me preocupan las polémicas y las divisiones que se agudizan cada vez más y escandalizan al Pueblo de Dios, inclusive a expensas de la verdad y la caridad”. 

Scola se ha quejado también por ser considerado como un adversario del papa Francisco y tildado como hombre del pasado.
Dijo: “Yo sigo siendo el mismo y busco ser auténtico. No soy de los que han cambiado rápidamente la cruz pectoral sustituyéndola por una de lata para imitar al Papa y se han apresurado a copiar el estilo de Bergoglio”.