
La revista principal de los jesuitas “Civiltá Cattolica” ha publicado un estudio sobre la fe cristiana del gran novelista ruso Fedor Dostoyevski (+1881) en el bicentenario de su nacimiento, el 11 de noviembre pasado.
Escribe la revista: “Nunca Dostoyevski separó la fe en Dios de la fe en Cristo, como epifanía del Padre. Sus principales novelas son: “Los hermanos Karamazov”, “Crimen y castigo”, “Los demonios”, “El idiota”. Cristo es el que ha venido a traernos la liberación total, una vida nueva. Nos ofrece su amor sin imponerlo y espera nuestra adhesión plenamente libre. No hay otra realidad: o Dios y Cristo, o la nada. Dostoievski tenía la intención de escribir un libro sobre Cristo, lo que no pudo realizar. Pero nos dejó la “Leyenda del Gran Inquisidor”, donde Jesús vuelve a defender a la persona humana y su libertad.
Esta es la trama.. En la ciudad de Sevilla en España, en el siglo 16, Cristo volvió a la tierra en silencio, pero todos lo reconocieron. El pueblo se apiñaba en torno a él y él curaba a los enfermos y hasta resucitó a una joven en el atrio de la catedral diciéndole: “talitha kum”. En ese preciso instante pasó por la plaza el cardenal Gran Inquisidor, en aquellos tiempos de la terrible Inquisición. Reconoció a Jesús y enseguida ordenó a los guardias de apresarlo, mientras la multitud hacía silencio inclinándose respetuosamente hacia el anciano. Durante la noche el Inquisidor visitó a Jesús en la cárcel y le dirigió una andanada de preguntas: ¿eres realmente tú?; ¿Por qué has venido a trastornarnos?. No digas nada. No tienes derecho a añadir una sola palabra a las que ya dijiste en otro tiempo. Mañana te condenaré y morirás en la hoguera como el peor de los herejes; y los que hoy te aplaudían, a la menor indicación mía, alimentarán la pira encendida para ti”. Cristo escuchaba en silencio. Entonces el Inquisidor lo acusó de haber dado al hombre la libertad y la responsabilidad de sus acciones y exigir cosas imposibles.
“¿Porque tuviste tanta compasión con esta masa de miserables? Rechazaste el único camino que podía hacer felices a los hombres; el que te había indicado el diablo en el desierto: pan, riqueza y poder. Ese rechazo es la causa del sufrimiento de la humanidad. Los hombres están dispuestos a intercambiar su libertad para una esclavitud más cómoda y someterse a alguien que decida por ellos, con tal de tener pan y seguridad. El hombre prefiere el pan a la libertad; el pan te hubiera asegurado el éxito. Si hubieras adoptado la estrategia de los milagros y conseguido el poder absoluto, no habrías terminado en la cruz. Si te hubieras convertido en César, hubieras doblegado la consciencia de los hombres y hubieras establecido la paz con la fuerza. Pero ahora estamos corrigiendo tu obra y los hombres se alegran de verse conducidos como un rebaño y viven contentos. Si hay alguien que merece la hoguera más que cualquiera, eres tú. Mañana ordenaré que te quemen. He dicho. Dixi”.
El novelista presenta a Cristo enfrentado al anticristo. El Inquisidor hubiera preferido que el acusado dijera algo, aunque fueran palabras terribles; ese silencio lo aplastaba. Como respuesta, Jesús lo besó. Esta dramática escena condensa toda la inspiración profética de Dostoyevski por plantear la cuestión de Dios de manera tan radical: ¿Por qué creemos?, ¿Por qué perdemos la fe?, ¿Por qué existe el mal?.
Todos los personajes clave de Fedor (Sonja, Aliosha..) son cristianos, emulan a Cristo o tienden hacia Él, aunque las críticas de Dostoyevski a la Iglesia Católica y también a la Ortodoxa fueron como latigazos, siempre en la búsqueda de autenticidad evangélica.
Debe estar conectado para enviar un comentario.