CARBALLO: ¿CRISIS en la VIDA CONSAGRADA?

rodriguez carballo retratado con sonrisa afable y un gesto de bienvenida, los brazos extendidos con las palmas hacia arriba, por la ventana se ve la basilica de san pedroEl arzobispo español José Rodriguez Carballo es el secretario de la Congregación Pontificia para los Institutos de Vida Consagrada y frente al aumento de defecciones, ha dejado estas declaraciones a los religiosos/as españoles: “Menos lágrimas y lamentos. Estamos acostumbrados a las vacas gordas; ese tiempo ha pasado.

Hay que vencer la tentación del victimismo y la frustración; y reaccionar frente a los complejos de inferioridad. Con lo que pasa, Dios nos invita a hacer un salto de calidad, que es más importante que el número.  Hace falta más fe y también una buena dosis de realismo, porque en la vida consagrada existe el pecado  pero también hay mucha santidad. La vida consagrada o religiosa sigue siendo necesaria para la Iglesia y la sociedad. Estoy observando que a veces la política entra dentro de las casas religiosas ( y esto es un cáncer) y también veo un aumento del autoritarismo en algunos grupos, sobre todo en los más nuevos, donde parecería que fundadores y fundadoras  tienen palabras de vida eterna. Esas solo las tuvo Uno que murió en la cruz. Hay que tener cuidado con los grandes líderes que terminan siendo grandes dictadores. Hay fundadores que se sienten dueños del carisma, cuando un verdadero carisma siempre es un don de Dios para la iglesia. Hay la tendencia en algunos institutos femeninos a eternizar la autoridad de la fundadora o superiora general hasta que el Señor la llame a su Reino. Debido a estas situaciones, en muchos casos tuvimos que investigar. Las denuncias de abuso de poder y sexual son constantes, aunque muchas de ellas son falsas, especialmente en la vida consagrada femenina. Los motivos más habituales para estas investigaciones son  problemas en la gestión económica de los bienes o relacionados con la afectividad, abusos de poder y manipulación de la consciencia. En cuanto a los abandonos, la principal causa es la falta de vida espiritual y de oración personal, la pérdida del sentido de comunidad, la afectividad mal encarada. No es por el número que se salvará la vida consagrada sino por su significado evangélico, a través de una vida sobria y esencial, alimentada tan solo por la Palabra de Dios y la búsqueda de su voluntad”. Por su parte el Papa lamentó que también en la vida religiosa haya “personas que tienen un doctorado en chismorreo, por su habilidad en despellejar con la lengua a los demás cuando se equivocan. Todos los días critican a los demás sin fijarse en sí mismos como si fueran perfectos. Hay que rezar antes de abrir la boca”.