MÉXICO: CARTA del PAPA por el BICENTENARIO

en una visita pasada, recibe francisco de regalo un sombrero tipico mexicano, de manos de un jovenEn una carta al pueblo de México en ocasión de las celebraciones para el bicentenario de la independencia, escribe el Papa: “En diversas ocasiones tanto mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones y omisiones que no contribuyeron a la evangelización”.

Francisco responde así al presidente Lopez Obrador que había exigido a la Iglesia el arrepentimiento público por su actuación en tiempos de la conquista. El Papa indicó que “para fortalecer las raíces es preciso hacer una relectura del pasado, teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país. Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria y reconocer los errores del pasado que han sido muy dolorosos”.
Pero también añade: “En esa misma perspectiva tampoco se puede ignorar las acciones que en tiempos más recientes se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del pueblo mejicano, provocando con ello un profundo sufrimiento”.
El Papa alude aquí a la persecución desatada por los gobiernos de México contra la Iglesia Católica de 1914 a 1934. Para el papa Francisco sin embargo no se debe evocar los dolores y errores del pasado para quedarse allí, sin aprender de ellos. “Se debe seguir dando pasos para sanar las heridas y así cultivar un diálogo abierto y respetuoso de las diferencias y así construir una sociedad fraterna, priorizando el bien común por encima de los intereses particulares, las tensiones y los conflictos”.

El Papa recordó finalmente otro gran acontecimiento para México que será la celebración dentro de una década de los 500 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe, cuya imagen el cura Hidalgo levantó como estandarte en ocasión de la independencia.
Casi contemporáneamente también los obispos de Canadá han pedido oficialmente perdón y manifestado “profundo remordimiento por el sufrimiento experimentado por los menores indígenas en los internados católicos entre 1831 y 1996 en donde se llevó a cabo la supresión de la lengua, la cultura e identidad de los pueblos indígenas canadienses”. Después del hallazgo de 1.100 restos de menores la Comisión de Verdad y Reconciliación en 2015 había declarado que más de 4.300 niños habían muerto mientras asistían a esas escuelas. El episcopado se comprometió a crear un fondo de 30 millones de dólares para los familiares de las víctimas de los internados católicos y a trabajar conjuntamente con los líderes indígenas buscando diálogo y reconciliación.