AFGHANISTÁN: ¿qué QUIEREN los TALIBANES?

dos mujeres afganas sentadas en una de las pistas del aeropuerto, con ellas dos niños chicos. a lo lejos se ven aviones comerciales y muchas personas caminando por la pista, en todas direcciones.
Caos en el aeropuerto de Kabul

Los islamistas que gobiernan ahora este país asiático se llaman “talibanes” (en singular=talib) que quiere decir “estudiantes”: los que estudian en las “madrazas” o escuelas coránicas fundamentalistas. Son aliados de los yihadistas, Al-Qaeda, ISIS y de todos los grupos extremistas islámicos.

Se financian con el narcotráfico, las extorsiones y los secuestros, el apoyo de Pakistán. Son antioccidentales y quieren devolver el Islam a sus principios originarios, aplicando la antigua ley islámica: la sharía. Practican la guerra santa y ejercen una absoluta intolerancia hacia las minorías. Han vuelto a gobernar Afganistán como ya lo hicieron de 1996 a 2001, cuando fueron derrotados por Estados Unidos como respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas con tres mil muertos.
Con la ley de la Sharía se quemaron montones de libros y revistas, se prohibió la televisión y el cine, las diversiones, la música y los discos, las fotos, la ropa occidental. Las mujeres debían quedarse en casa bajo el control del padre o del marido; no podían ir a estudiar ni salir solas, tenían que llevar la burka tapándose totalmente.
Según la Sharía es un delito, punible con la muerte, convertirse a otra religión y profesar libremente una fe distinta del Islam. Estados Unidos fracasó, a pesar de su presencia a lo largo de 20 años, como había fracasado anteriormente Rusia por pensar que este tipo de conflicto se pudiera ganar con las armas e imponiendo la propia cultura. No pudo tampoco con la corrupción y el tráfico de drogas que son exponenciales en el país. Estados Unidos gastó dos millones de millones de dólares, con cientos de miles de muertos afganos. Como siempre el precio de las guerras lo pagan los civiles y en este caso un pueblo que no tiene paz desde 1979.

Se restableció ahora el Emirato Islámico que ya había gobernado hasta 2001. Ha llamado la atención el resonante silencio de los musulmanes moderados en el mundo, y por el contrario el triunfalismo de los extremistas. Afghanistan es un país totalmente musulmán. Los católicos en Kabul son una pequeña comunidad, con una sola parroquia y una capilla situada en la embajada italiana guiada por los Barnabitas que están presentes en el país desde 1934. La parroquia, formada sobre todo por occidentales que allí trabajan, está regida actualmente por el sacerdote barnabita Juan Scalese, el único que ha quedado hasta ahora. Hay también dos comunidades de religiosas que se dedican a la caridad y dos jesuitas de India.
En febrero pasado dejaron el país las Hermanitas de Jesús (del p.Carlos de Foucauld) que trabajaban allí desde hace 40 años, por falta de personal. Vivían y vestían como las mujeres afganas, hablando su idioma; eran respetadas hasta por los talibanes por su trabajo en ayuda de pobres y enfermos. Ahora habían quedado las Hermanas de Teresa de Calcuta y algunas otras religiosas ocupándose de los niños minusválidos. Actualmente están suspendidas todas las actividades. La Comunidad de San Egidio y las Iglesias protestantes han reclamado un corredor humanitario para todos los que huyen de Kabul y que se rechace cualquier expulsión de afganos por parte de Europa.