
La Comisión de Justicia y Paz de la arquidiócesis de Managua el 10 de agosto dirigió un fuerte mensaje al Pueblo de Dios y a todas las personas de buena voluntad en el marco del actual proceso electoral.
Constata antes que nada que “en los últimos meses se divisan entre la gente sentimientos de frustración, impotencia, dolor porque en un año electoral se ha producido la encarcelación de precandidatos y candidatos a la presidencia y vicepresidencia de la república, así como de dirigentes, activistas políticos y periodistas; a lo que se suman las amenazas a nuestra Iglesia Católica, ofensas a sus sacerdotes y obispos, limitaciones a la visa o residencia de sacerdotes extranjeros, hostigamiento a feligreses laicos y otras acciones ilegales e intimidatorias. El pueblo nicaragüense se encuentra impedido de expresar su voluntad en las elecciones de noviembre, porque los candidatos de la oposición han sido forzosamente excluidos de la contienda quitándoles los derechos ciudadanos. El proceso electoral, que debía ser una fiesta cívica, se vive con temor e incertidumbre porque no existen condiciones para unas elecciones democráticas. Nos duele la nueva ola de migraciones, sobre todo de jóvenes que se van, forzados a dejar su patria. Como Iglesia caminamos junto al pueblo del cual somos parte y no cesaremos de promover la paz”.
Ya 103.600 personas se habían marchado para el exilio, sobre todo en Costa Rica, hasta marzo del año pasado; ahora es la juventud que se va por falta de trabajo y oportunidades para el futuro. Daniel Ortega buscará ahora su quinto mandato y el cuarto de forma consecutiva, con sus principales contendientes arrestados e investigados por supuesta traición a la patria. Dos aspirantes a la presidencia abandonaron Nicaragua por razones de seguridad. Se ha cancelado la personería jurídica de tres partidos opositores ; se ha dejado sin papel al diario conservador “La Prensa” y el 12 de agosto circuló su última edición impresa.
En el actual proceso electoral se han arrestado a más de 30 dirigentes opositores. El obispo de Matagalpa Rolando Alvarez criticó a ciertos políticos que se prestan a los juegos de poder a costa de su dignidad política: “demuestran sin ninguna vergüenza que no son más que piezas de una ajedrez a favor del gobierno. Como Iglesia no hay nada ni nadie que nos pueda quitar nuestra libertad de conciencia, porqué la libertad no es solo un derecho humano sino divino. Quien lastima la libertad, está lastimando los derechos de Dios. Los demonios nos quieren callar porque al callar a los pastores, callan también al pueblo”.
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