VATICANO: FACCIONES en la IGLESIA

caricatura del papa francisco en colores. es un primerisimo plano, y sus facciones tienen un aire al papa juan 23. el rostro hacia un costado pero la mirada fija hacia el observador.

Escribe Enrique Soros en “Amerindia”: “Llama la atención que hoy en día hasta obispos y cardenales que han jurado fidelidad al Papa,  en vez de cumplir con el llamado de Dios de apoyar al Papa en su ministerio y ayudar al Pueblo de Dios a comprender sus decisiones, lo contrasten públicamente, creando inseguridad, rebeldía y desunión en la Iglesia…

…Los santos, hasta en los momentos más duros, han sido radicalmente humildes y obedientes, apoyados por la Fe en el sucesor de Pedro, como roca y piedra de toque de nuestra fe y unidad. Estamos en una época de mucha confusión en la que autodenominados “predicadores católicos” con infinidad de seguidores en las redes, expresan la que según ellos es “la verdad”, enfrentando a menudo al Papa y a los obispos. Son muy convincentes, porque igual que ciertos grupos protestantes toman los textos que aparentemente apoyan sus tesis e intencionalmente no los ponen en su contexto sino que recortan y editan; y convencen a multitudes. Se erigen soberbiamente como superiores al Vicario de Cristo. La obediencia cristiana no es ciega al estilo militar; se pueden aportar opiniones. Pero se debe estar dispuestos como Jesús a obedecer al Padre y si es necesario a abrazar la cruz. Es un escándalo mayúsculo cuando los que deberían ser cristianos ejemplares, se resisten con uñas y dientes a seguir el camino de Jesús”.

En un artículo titulado: “Cuando a Francisco lo escuchan y entienden mejor los de afuera” escribe el conocido escritor Massimo Faggioli: “Algo muy serio debe estar sucediendo en el mundo para que personas no creyentes sientan la necesidad de posicionarse públicamente en favor del papa Francisco; no es muy normal ni debiera ser necesario. Con Francisco se da un regreso a lo esencial, al Evangelio y esto resulta ser una fuerte sacudida para muchos. Es la piedra en el camino contra la que chocan los restauracionistas. Son los fanáticos defensores del Occidente cristiano, de la Cristiandad perdida. A nivel político tienen como compañeros a Trump, Salvini, Orban, Bolsonaro, Bannon, Abascal… No le perdonan al Papa su acercamiento al Islam y a los inmigrantes del Sur, su cuestionamiento de la actual economía que mata, sus acuerdos con China, el apoyo a los movimientos populares y a las personas LGTBI, la defensa de la ecología integral frente al diluvio que se viene. Para estos integristas el escándalo de los abusos clericales se ha difundido a causa de la homosexualidad, que según ellos es una enfermedad o cáncer a extirpar”.

Del lado opuesto, el mayor debate parecería concentrarse sobre la curia vaticana cuando en realidad se trata de la reforma de toda la Iglesia a la luz del Concilio. Según el teólogo y obispo Víctor Manuel Fernandez, muy cercano al Papa, “la curia vaticana no es una estructura esencial. El Papa podría irse a vivir fuera de Roma, tener un dicasterio en Roma y otro en Bogotá, conectarse por video conferencia con expertos de liturgia en Alemania etc. Lo que ha de rodear al Papa en sentido teológico es el colegio de obispos para mejor servir al Pueblo de Dios”.

Lamentablemente hay muchas peleas internas hoy en la Iglesia: entre los que quieren una Iglesia en salida y los que se resignan con una Iglesia en retirada, entre conservadores y progresistas, derecha e izquierda…
Algunos mueren de nostalgia pensando en el pasado y desaprovechando el presente; otros quisieran una revolución desde abajo siendo que la “hora de los laicos” ya pasó hace tiempo sin resultados; otros van sembrando semillas preciosas esperando que un día florezcan.
A fines del año pasado el Papa explicó que “la Iglesia entendida con las categorías de conflicto “derecha-izquierda”, solo fragmenta, polariza y traiciona su naturaleza. Hay que distinguir entre “crisis” que puede ser muy beneficiosa, y entre “conflicto” con ganadores y perdedores que degenera normalmente en una rivalidad sin solución. Siempre hubo crisis en la Iglesia por ser un cuerpo vivo (solo los muertos no entran en crisis), pero generalmente con resultados positivos”.