CHILE: ¿DAR VUELTA la PÁGINA?

tres mujeres y tres hombres de mediana edad estan protestando con pancartas que dicen: sacerdote rompe tu silencio y no hay paz sin justicia.
«Laicos de Osorno» con pancartas durante una protesta, en 2018.

El profesor Eduardo Valenzuela, director de la revista de antropología cristiana “Humánitas”, comentando los resultados de una encuesta de la Universidad Católica de Chile afirma: “Lo que está pendiente y ha faltado en la Iglesia chilena es la reconciliación con las víctimas y sin eso es imposible dar vuelta a la página…

…Todavía el grueso, la mayor parte de las víctimas, se encuentra al otro lado de la vereda, en una actitud completamente contraria a lo que el Papa ha hecho. Es algo que en muchas partes del mundo ya se ha logrado, pero que en Chile cuesta concretar. El proceso de reconciliación con las víctimas requiere reparaciones efectivas, un trabajo largo y paciente de reconocimiento y acogida. Inclusive en muchos países las víctimas son parte del proceso mismo de prevención, alerta y rectificación de este tipo de cosas. Todo esto está pendiente en Chile.
Cuando el Papa se dio cuenta de lo que pasaba en Chile, lo primero que hizo fue llamar a las víctimas, acogerlas y escucharlas. Este es el primer paso, básico y fundamental que no se ha dado aquí. Y esto se debe a una carga de actitudes  clericales, de inercia institucional, de una falsa convicción de que basta con pedir perdón o que sea suficiente activar medidas institucionales de corrección.
Este proceso solo concluye cuando las víctimas logran reconciliarse con la misma Iglesia que los ha dañado. Es lógico que le cuesta a las víctimas acercarse de vuelta a la Iglesia, perdonar y colaborar, pero son pasos indispensables si se quiere de veras dar vuelta a la página. Tampoco la Iglesia ha sabido tomar conciencia de las consecuencias de estos abusos, que llegaron mucho más allá de las víctimas directas: el desconcierto, la desazón y la indignación de los propios fieles católicos respecto a lo que sucedió. También esto sigue pendiente.
Está además el caso impactante del cura jesuita Renato Poblete, una figura emblemática del catolicismo social en América Latina. Había recibido el mayor reconocimiento oficial del estado por manos de la entonces presidenta Michelle Bachelet unos seis meses antes de su muerte. Después se supo, gracias a la investigación ordenada por los mismos jesuitas, que durante medio siglo había cometido abusos sexuales en perjuicio de 22 mujeres. Por eso tuvimos un rápido proceso de desafección religiosa muy fuerte, estimada en torno al 30% de la población especialmente jóvenes, que ya no se inscriben en ninguna religión. Tampoco crecen los evangélicos; los católicos descendieron al 50% y también su influencia política ha decrecido, aunque la cultura en general permanece católica”.