PERÚ: “SUPERAR la POLARIZACIÓN”

castillo hablando al publico, microfono en mano. es de mediana edad, luce sombrero blanco alado, su remera blanca y roja dice su nombre y peru libre. en su mano derecha sostiene el lapiz colorido de un metro, que lo acompanio en su campania.
Pedro Castillo, nuevo Presidente peruano.

Han sido fuertes las declaraciones del influyente cardenal Pedro Barreto después de las elecciones: “Poner en duda el resultado de las elecciones o hablar de golpe de estado es impensable y no podemos aceptarlo. Somos un país democrático y la democracia exige que se acepte la voluntad popular expresada en las urnas. Hay que terminar con la violencia y los enfrentamientos; es la hora de la unidad para el Perú”.

Por su parte en una entrevista a la revista española “Vida Nueva”, el arzobispo de Lima Carlos Castillo constató “una disminución en la participación ciudadana en la vida socio-política” y pidió una mejor política”. Dijo que “más allá del resultado electoral y de las elecciones , la democracia exige el control de parte del pueblo de la gestión del gobierno en orden al bien común. Ninguna entidad política puede sustituir la voluntad ciudadana, sino que está obligada a servirla con fidelidad. Para eso hay que unirse y superar la polarización y las divisiones enfrentadas donde desaparece la confianza recíproca.  Todos estamos llamados ahora a fortalecer la democracia, la economía, la salud y la educación a través del diálogo para enfrentar la concreta realidad social”.
Este año se celebra el Bicentenario de la independencia del Perú y los obispos han transmitido un mensaje que se titula: “Unidos todos por el Perú”.
El presidente de la Conferencia Episcopal, Miguel Cabrejos, invitó a “defender con firmeza las instituciones del país, a rechazar cualquier expresión de violencia para no revivir el pasado que ensangrentó al país con muchas heridas que aún no se han marginado , a luchar por la reconciliación y defender el medio ambiente (“nuestra costa, nuestras Andes, nuestra Amazonia”) y emprender un nuevo comienzo que incluya a todos”.
El nuevo presidente Pedro Castillo deberá gobernar un país dividido, atomizado entre diez partidos. Es un maestro de escuela primaria de 51 años y representa el interior profundo del Perú, el campesinado de donde proviene. Es un cristiano evangélico que quiere luchar por la justicia social y la creación de fuentes de trabajo. Se opone a las políticas de género, al matrimonio igualitario y al aborto; afirma no ser “ni chavista ni comunista” pero el partido que lo llevó a la victoria es de origen marxista.