
En Estados Unidos el obispo de Siracusa, Douglas Lucia, quiere que se reexaminen y cuestionen las bulas papales del siglo 15 que justificaban la colonización y la apropiación de las tierras de los pueblos indígenas y su opresión. Varias congregaciones religiosas, inclusive femeninas, ya han instado al Vaticano a repudiar esa doctrina del descubrimiento y la conquista que miraba a afirmar la superioridad y el poder del Cristianismo sobre los pueblos indígenas.
Lucia es el primer obispo de Estados Unidos que pide públicamente al Vaticano y a la iglesia Católica de Estados Unidos que reconozcan el daño que esos documentos papales han causado a los pueblos indígenas y se disculpen. Se trata, según el obispo, de varias bulas papales a partir de la “Dum diversas” de 1452, dirigidas a las naciones cristianas en las que se les permitía quitarles la propiedad a los nativos y subyugarlos como ciudadanos de segunda clase.
Este planteo en Estados Unidos se da después de lo que ha pasado con el descubrimiento de mil tumbas anónimas cerca de tres escuelas residenciales o internados de niños indígenas en Canadá y el escándalo subsiguiente. Obviamente, siempre según el obispo, la Iglesia desde hace mucho tiempo ya no apoya estas posturas, pero “para la reconciliación hace falta el diálogo y el pedido de perdón. No podemos volver al pasado, pero podemos avanzar en el futuro”.
Por su parte la revista “América” de los jesuitas de Estados Unidos ha escrito: “Gracias a la Comisión por la Verdad y la Reconciliación creada por el gobierno de Canadá, se va sabiendo la verdad histórica. Entre nosotros no hubo tal proceso de búsqueda con cientos de colegios para indígenas, administrados también aquí en gran parte por la Iglesia Católica. Sin embargo, el Ministerio de Interiores ya empezó las investigaciones. La Iglesia ha de hacer luz sobre su pasado, completa y rápidamente. El perdón y la reconciliación pueden darse solo después de haber dado el paso más difícil: reconocer la verdad de los hechos”.
Es de destacar cómo los pueblos indígenas después de siglos, hoy van levantando cabeza reivindicando su historia, cultura y derechos. No solo en América del Norte sino en Ecuador, Colombia, Perú, Bolivia y ahora en Chile donde la presidenta de la Convención para la nueva Constitución, Elisa Loncon, es una indígena mapuche. Ella propone una Constitución donde se hable de un Chile plurinacional, intercultural que cuide la madre tierra. Hay cierto malestar también contra la Iglesia por haber muchas veces acompañado con la cruz a la espada, y este malestar se demuestra con los incendios de iglesias ya sea en Chile como en Canadá. La práctica de derrumbar estatuas de conquistadores y evangelizadores se ha convertido en un signo que invita a redescubrir la historia desde los vencidos.
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