
El periodista y vaticanista español, ya jubilado, Vicente Lozano ha escrito un libro que se titula: “Intrigas y poder en el Vaticano”. He aquí algunos conceptos:
“Siempre intenté trabajar para romper el muro de silencio y de falta de transparencia informativa que había en el Vaticano y que ahora, desde hace ocho años, intenta romper también el papa Francisco. En el Vaticano se tiene la sensación de que los periodistas son considerados casi como enemigos, personas que representan un problema para la institución. Nos limitaban mucho en dar información fuera de los canales oficiales. El Vaticano, como toda realidad humana, no está exento de lo que es poder, dinero, sexo. El estado Vaticano tiene un aparato burocrático que genera a veces el uso abusivo del poder y la corrupción en los ámbitos económicos y de la sexualidad. Esto no vale para todos los miembros de la Santa Sede; he encontrado a personas maravillosas y a grandes amigos, pero hay personas para las cuales no puedo decir lo mismo. El papa Francisco es un hombre que rompe esquemas. No es un revolucionario, pero su carácter y actuación modifican en gran parte la idea que teníamos del pontificado, como algo monárquico y absolutista, y él lo ha democratizado. Hay una ruptura también con los dos Papas anteriores, muy conservadores. Su mensaje topa totalmente con la tendencia actual a nivel global hacia el neoliberalismo, los nacionalismos, las dictaduras, etc. Francisco es un líder ético y moral del siglo XXI y supone una piedra en el zapato para los poderosos y los retrógrados. Por eso hay un complot organizado contra el Papa para imponer un ideal ultra católico, con menos libertades y un control neoliberal desde el punto de vista económico. Bajo la aparente fachada de la doctrina tradicional, consideran al Papa como una especie de anticristo, un personaje que incurre continuamente en herejías. Pero el papa Francisco es inteligente y probablemente no verá realizadas muchas de las reformas que ha soñado, pero ha plantado semillas fecundas que brotarán en el futuro para bien de la Iglesia”.
Otro vaticanista del diario católico francés “La Croix”, Robert Michens, escribe: “Lo que está en crisis es el modelo anticuado de la Iglesia como estructura histórica y como la última monarquía absoluta de Europa y en particular la curia o corte vaticana. Francisco parece estar acelerando deliberadamente ese colapso. Se trata de la crisis de una estructura organizativa y de gobierno que viene de épocas pasadas. No es que vaya a desaparecer la Iglesia; el Espíritu Santo nunca abandonará al pueblo fiel a Cristo. El papa Francisco está sentando las bases para la conversión estructural de la Iglesia. A través del proceso de sinodalidad abre espacio a un diálogo entre todos en una Iglesia donde las decisiones más importantes hasta ahora las tomaban casi exclusivamente el clero y un clero célibe; él quiere que todas las voces sean escuchadas”.
Otro periodista, Austen Ivereigh, afirma: “Lo que estamos viviendo es una experiencia nueva de Pentecostés, fruto del viento del sur que ha empezado a soplar en la Iglesia con Francisco, desde las periferias. Francisco quiso trasladar a toda la Iglesia el proceso de Aparecida: la sinodalidad (que será el aporte más importante de su pontificado). Se trata de recuperar la identidad propia de la Iglesia que no es ni una monarquía ni una democracia, sino una asamblea eclesial que escucha y discierne lo que sugiere el Espíritu. La experiencia del Celam y de las asambleas latinoamericanas de obispos han sido un ejemplo exitoso de sinodalidad a nivel continental y de una evangelización desde abajo, desde la realidad, desde el pueblo como protagonista”.
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