SÍNODO 2023: OPINIÓN de DOS TEÓLOGOS

manifestacion de plataforma mujeres cristianas. una docena de mujeres portan carteles que dicen: revuelta de mujeres en la iglesia, hasta que la igualdad se haga costumbre. predomina el color violeta, las mujeres son de varias edades, todas con mascarilla.
Plataforma Mujeres Cristianas: denuncian que la Iglesia arrincona, desprecia y silencia a las mujeres.

Los Sínodos de Obispos, a diferencia de los Concilios que tienen capacidad para definir dogmas y legislar en la Iglesia de acuerdo con el Papa, son tan solo consultivos y tienen como misión asesorar al Papa sobre temas específicos. Pueden ser ordinarios, como el que se realizará en Roma en octubre de 2023, o extraordinarios (como el pasado sínodo de Amazonia).

En la comisión teológica que acompaña el proceso preparatorio del próximo sínodo ordinario sobre el tema de la sinodalidad , participan tres teólogos latinoamericanos: los sacerdotes Carlos Maria Galli (Argentina) y Agenor Brighenti (Brasil) y el laico Rafael Luciani (Venezuela).
Según Luciani, que es profesor de teología de la Universidad Andrés Bello de Caracas, “solo una Iglesia que asuma al laicado como sujeto y especialmente a las mujeres, será creíble. Esto supondrá mirar a la Iglesia desde el bautismo y el sacerdocio común de todos, lo que nos iguala en derechos y deberes, no solo en deberes. Llegó la hora de las laicas y de los laicos y también de las religiosas que muchas veces no se les reconoce la inmensa labor que hacen. Hay que superar el modelo clerical de Iglesia, que no se logra aún defenestrar de las mentalidades y estructuras de la misma. No saldremos del clericalismo mientras no se reformen instituciones como el seminario y la parroquia, porque hay una mala comprensión y un mal ejercicio del poder por parte de los ministros ordenados. El Papa ha hablado del “complejo del elegido” y de la “patología del poder eclesial”. La corresponsabilidad bautismal demanda cambios profundos en el modelo institucional actual. Se ha perdido la conexión con la realidad, con la gran mayoría de los laicos en la Iglesia, especialmente con los jóvenes. Los cambios ya no pueden venir de arriba. Por eso el novedoso proceso de preparación al próximo Sínodo ha de partir de las bases e involucrar a todos, varones y mujeres, partiendo de la realidad del bautismo común a todos. Es la primera vez que se hace esto en un sínodo ordinario de obispos”.
Por su parte el p.Agenor Brighenti dijo en una entrevista: “La Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que es un organismo eclesial y no solo episcopal, es un claro ejemplo de sinodalidad (=caminar juntos) y un buen aprendizaje para el próximo Sínodo. Los resultados de este Sínodo dependerán mucho del proceso de escucha de las bases y podrían obligar a repensar seriamente las estructuras de la Iglesia. Es una experiencia única para el conjunto de la Iglesia, un hecho inédito donde la Iglesia se conforma como una iglesia de Iglesias, una comunión de iglesias locales que expresan la voz del Pueblo de Dios. En realidad seguimos profundizando el proceso de recepción del Concilio Vaticano II. La sinodalidad no es un invento del Papa actual; no es otra cosa que retomar con fuerza y coherencia la enseñanza del Concilio sobre una Iglesia como “Pueblo de Dios”. Entre nosotros el sínodo de Amazonia se realizó bajo este signo de la sinodalidad. Pero ya en Aparecida se decía que los obispos y el clero no son una elite apartada del pueblo de Dios, sino miembros del mismo y han de insertarse en él. Hasta ahora los obispos dentro de sus diócesis han sido muy poco sinodales, hasta el punto de que los Consejos y las Asambleas son opcionales y no obligatorias”.