
Según el influyente diario católico italiano “Avvenire” del 5 de julio, América Latina gana todos los record en cuestión de pandemia. Con el 8% de la población mundial, registra más de un cuarto de los fallecidos en el mundo por el Covid; es decir más de un millón.
“No es solo una emergencia sanitaria, sino una crisis humanitaria”, escribe Lucia Capuzzi. “Las causas solo en parte dependen de una cuestión sanitaria. Los expertos dicen que influyen de manera determinante otros factores como las condiciones socio-económicas; y por eso hablan de “sindemia”. La desigualdad social está en la raíz de este fenómeno, con la mayoría de los ciudadanos que viven de una economía informal, la fragilidad de la salud pública, la desocupación, problemas en cuanto a la vivienda y a la educación… Los trabajadores en negro son el 54% de la mano de obra laboral. Para los que ganan solo lo suficiente para sobrevivir, es imposible respetar las cuarentenas que imponen los gobiernos. Perú, donde los trabajadores informales son los tres cuartos del total, es el país con más muertos en el planeta en comparación a la población. El drama se repite en todas las periferias del continente, con sobrepoblación de las terapias intensivas, la falta de oxígeno, la lentitud de las vacunaciones. Los más golpeados son los indígenas de Amazonia que tienen una vulnerabilidad frente a la infección, diez veces mayor respecto a los demás. Hay además una gran desigualdad en el acceso a las vacunas. Solo un latinoamericano sobre diez ha recibido la inmunización completa. En Paraguay menos del 7% ha recibido la primera dosis. En América Central la escasez de vacunas es dramática. El Covid parecería transformarse en otra enfermedad endémica del continente como el zika, el dengue, la malaria. Son las enfermedades de los pobres que no tienen los medios para obtener los remedios que ya existen y por eso son enfermedades invisibles para la comunidad internacional”.
No pasa lo mismo con África donde la cifra de fallecidos es relativamente baja. Solo 4 países (Sudáfrica, Egipto, Marruecos, Argelia) suman el 50% de los contagios. Y esto debido entre otras cosas a la menor movilidad, a medidas drásticas tomadas a tiempo, a la experiencia de anteriores epidemias (tuberculosis, malaria, sida, ébola…) y a un continente con la población más joven del mundo. Pero para el futuro hay preocupación; solo el 2,5% ha sido vacunado contra el 65% en los países más ricos. El virus persiste y amenaza cada vez más; y no hay vacunas.
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