ROBERT SCHUMAN: UN POLÍTICO HACIA EL ALTAR

retrato de schuman, levemente sonriente, casi con una muesca. un hombre mayor, casi calvo, lleva lentes al aire y viste traje oscuro y corbata en franjas inclinadas. el fondo de la foto es totalmente negro.

El papa Francisco aprobó el documento que declara al Siervo de Dios Robert Schuman “venerable”; es el primer paso concreto hacia la canonización. El Papa reconoció las virtudes heroicas del abogado y estadista francés, considerado como el ideólogo y uno de los padres fundadores de la Unión Europea.

Había nacido en Luxemburgo en un área anexada por Alemania y cuando el área fue devuelta a Francia, se hizo ciudadano francés y murió en Francia el 4 de septiembre de 1963. Después de haber sido encarcelado por la Gestapo, logró huir y pasar a la clandestinidad (los alemanes habían ofrecido cien mil marcos por su cabeza) uniéndose a la resistencia.
Después de la guerra se dedicó a la política para reconstruir Francia y Europa. Respetuoso de la laicidad del estado, sin embargo nunca traicionó su conciencia de cristiano. Hombre sumamente religioso, empezaba su jornada con la misa y meditación diaria y la concluía con el rezo de vísperas; se retiraba periódicamente a los monasterios (por ejemplo en la abadía de Clairvaux) para rezar y leía la Palabra de Dios antes de sus pronunciamientos.
Había mamado la Doctrina Social de la Iglesia desde su juventud. Optó por el celibato a fin de dedicarse exclusivamente a la actividad política que siempre consideró como una vocación. Mientras el mundo se dividía en grandes bloques enfrentados, fue él que siendo ministro de exteriores de Francia, el 9 de mayo de 1950 hizo el primer llamado para una comunidad de “estados hermanos” en Europa después de los “genocidios monstruosos de dos guerras mundiales” frente a doscientos periodistas de todo el mundo.
Fue el primero que tendió una mano amiga a Alemania, el enemigo histórico y le pidió perdón por la destrucción del país. Proclamó: “Les damos las manos a nuestros enemigos de ayer, no solo para reconciliarnos sino para reconstruir juntos la Europa del mañana“.
Ese llamado de 1950, conocido como el Plan Schuman o la Declaración Schuman, es considerado como el nacimiento de la Unión Europea y cada año el 9 de mayo se celebra el Día de Europa. El primer paso concreto inspirado por Schuman se dio poco después, el 18 de abril de 1951, con la institución de la Comunidad Europea del carbón y el acero (CECA), gracias al apoyo de los presidentes de Alemania Konrad Adenauer y de Italia Alcide De Gasperi, también fervientes católicos y pacifistas.
Gracias a estos hombres se fue constituyendo de a poco la Unión Europea a la que actualmente pertenecen 27 países. Dijo Schuman en esa ocasión: “Europa tiene que dejar de ser un campo de batalla en el que se desangran los pueblos y cuyas consecuencias pagamos tan caro. Queremos ir por nuevos caminos que nos conduzcan a una Europa unida y pacificada. El hierro y el acero han jugado un papel nefasto en la lucha entre los pueblos europeos a lo largo de cientos de años, ya que era el material del que estaban hechas las armas. Ahora por el contrario deberán unir a los pueblos de Europa en una comunidad de acción y pensamiento”.
A  la CECA adhirieron enseguida después, también Holanda, Bélgica y Luxemburgo. Los esfuerzos de Schuman se concretaron ampliamente con los Tratados de Roma de 1957 y el Mercado Común Europeo.
Schuman fue el primero en pedir una integración económica y política de Europa pero también quiso darle “un alma, fundada en el espíritu de fraternidad y en la concepción cristiana de la libertad y la dignidad humana”.  Fue uno de los principales negociadores del Plan Marshall y fue elegido como primer presidente del Parlamento Europeo, el cual después de su muerte le concedió el título de “padre de Europa”. Ahora será otro santo protector de Europa junto a Benito, Cirilo y Metodio, Catalina y Edith Stein.