
Para la quinta Jornada Mundial de los Pobres a nivel de Iglesia que se celebrará el 14 de noviembre, ya el Papa publicó el mensaje y la convocatoria con el lema: “A los pobres los tienen siempre con ustedes” (Mc 14,7).
Entre otras cosas afirma: “Si los pobres son marginalizados, excluidos como si fueran culpables de su situación, entonces el mismo concepto de democracia sería puesto en crisis y toda política social sería un fracaso. La pobreza no es fruto del destino, sino consecuencia del egoísmo. Hay muchas pobrezas que tienen los ricos, las que pueden ser curadas por la riqueza de los pobres, si hubiera más solidaridad. Los pobres no son solo los que reciben sino los que también dan, nos enseñan, nos evangelizan. No hay que esperar que los pobres golpeen a nuestra puerta; hay que buscarlos aún en los lugares donde se esconden por vergüenza”.
El Papa cita a Orígenes comentando el episodio de Mc 14,7: “Si hay todavía alguien que tiene la bolsa de la Iglesia y que habla a favor de los pobres como Judas y después se toma para sí lo que en la bolsa ponen los cristianos, que se vaya con Judas”.
Y hablando de la mujer con el frasco de alabastro que derrama sobre Jesús, lamenta que en el mundo haya “tantas mujeres discriminadas, alejadas de los puestos de responsabilidad, mientras que en el Evangelio son protagonistas de la historia de la salvación”. Sobre este punto comentó el arzobispo Rino Fisichella al presentar el documento: “La violencia constante contra las mujeres es una barbarie que hace del mundo de las mujeres también un escenario de auténtica pobreza, en una sociedad que cree haber llegado a la cumbre de la civilización. Frente a la violencia machista, la sociedad parece impotente y afónica como si se resignara a renunciar a las conquistas obtenidas con dificultad a lo largo de décadas”.
El Papa en el documento cita a san Juan Crisóstomo, al apóstol de los leprosos san Damiano Veuster, al sacerdote y escritor italiano p.Primo Mazzolari e invita a los cristianos a no conformarse con la limosna que es ocasional sino a compartir la vida con los pobres, a practicar la pobreza. “No se trata de aliviar nuestra conciencia haciendo alguna limosna, sino de contrarrestar la cultura de la indiferencia y la injusticia. La pobreza extrema es fruto de un sistema económico sin escrúpulos y el estilo de vida individualista es cómplice en generar esta pobreza”.