VATICANO: FORMAR para la POLÍTICA

Foto de Maquieyra durante una charla. es joven, usa barba y bigote cortos, cabello corto desordenado. tiene una leve sonrisa mientras parece escuchar a su interlocutor. usa un microfono junto a su mejilla, del tipo de los que parecen un hisopo.
El politólogo argentino Juan Ignacio Maquieyra.

El papa Francisco lanzó una iniciativa para la formación de 50 jóvenes de los cinco continentes, de entre 18 y 30 años, de distintas culturas y creencias, para la actividad política. Se entiende aquí la política en sentido estricto, como el arte de gobernar.

En tiempos en que crece el descrédito y el desencanto sobre los políticos y la política en general, ni hay en las Iglesias Locales reacción alguna, el Papa otra vez ha tomado la iniciativa para capacitar a las nuevas generaciones para la gestión de la cosa pública. No se trata de formar políticos “católicos”, sino políticos en la línea de “Hermanos Todos”, de devolver a la política su nobleza en orden al bien común.
Para la Iglesia es un tema trascendente porque “es una de las formas más elevadas de la caridad” (Francisco).
La capacitación consistirá en un curso de 15 meses, en parte presencial y en parte a distancia. Los defectos de la democracia se solucionan con más democracia y sin política crecen los populismos y las autocracias.
Quien dirigirá la escuela será el argentino Juan Ignacio Maquieyra, ex presidente del Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires que trabajó codo a codo con los curas villeros quien, dijo, “con su labor, más el pensamiento de Francisco, me inspiraron a aceptar este desafío. La escuela no tendrá ningún sesgo partidario o perfil ideológico. Está claro que la política, tal como se ejerce hoy, no responde a las necesidades de la gente y especialmente a las expectativas de los jóvenes. Hay que rehabilitar la política por encima de las grietas”.
En esa ocasión el Papa dijo que “hay desconfianza en la política cuando se la confunde con una empresa y se piensa en “cuánto me da” y no en el servicio… Una política que no es capaz de dialogar y negociar, está fallida. La discusión, y no la confrontación , la polarización, la oposición por la oposición, es la clave de la democracia. La derrota de la política es la guerra. El test sobre la honorabilidad y la salud de una nación es preguntarse si hacen armas para la guerra, si se hacen ricos vendiendo armas para que otros se maten”.
El Papa aprovechó también la oportunidad para condenar la aberración de ciertos religiosos que bendicen armas.