
El español González Faus es uno de los mejores teólogos de la actualidad y ha dirigido esta carta abierta al presidente norteamericano: “Quiero expresarle mi profundo dolor y desengaño de católico a católico, por haber “vetado” por tres veces una declaración de la ONU (siendo Estados Unidos el único país en contra de esa resolución) que podía haber sido de gran ayuda para la paz, con el único argumento que “Israel tiene derecho a defenderse”…
…Es una media verdad y estas medias verdades son a veces más falsas que las mentiras. Le recuerdo algo muy obvio y es que también los palestinos tienen derecho a defenderse: tanto de la ocupación sistemática y violenta de los asentamientos, como de la postura racista del gobierno (“Israel pertenece solo a los judíos, no a todos sus habitantes”, dijo Benjamín Netanyau) y del incumplimiento sistemático de todas las resoluciones de la ONU desde 1947. Además, por el principio jurídico internacional de proporcionalidad, no es admisible que haya habido más de 240 muertos en Gaza (entre ellos más de 60 niños) , 1.900 heridos y 120 mil desplazados, frente a 12 víctimas en Israel; y esto sin contar las destrucciones materiales de casas y negocios, instituciones y servicios públicos. Israel merece ser acusado de crímenes de guerra; lo que no significa defender la violencia de Hamas. Pero los palestinos son los que más sufren, mucho más y desde hace mucho tiempo. Es evidente que la atrocidad espantosa del Holocausto nazi, es utilizada por el Likud como un manto defensivo victimista que lo protege de cualquier consideración moral a la hora de autoafirmarse. Señor Biden, aún valorando otras decisiones suyas justas y valientes, su actitud sobre la actual situación palestino –israelí no obedece a ningún criterio ético y a ningún valor cristiano”.
Sobre el mismo tema en la revista italiana “Settimana” se publica una carta del jesuita israelí David Neumaus desde Jerusalén que dice: “Tengo la impresión de que nuestros lideres nos han manipulado para llevarnos a un frenesí de guerra. Sea el actual gobierno israelí como Hamas quieren “vencer al enemigo” con las armas, acompañados por el casi total silencio de voces críticas. Por parte de Israel se quiere catalogar a toda la oposición palestina como terrorismo islámico. La prensa israelí estuvo muy poco interesada por las víctimas civiles en Gaza; la preocupación era “destruir” a los terroristas. Lo que pasa es que cuatro o cinco generaciones han enseñado a sus hijos que, del otro lado, está el enemigo que hay que combatir. Ambas partes mezclan la religión con la política. No hay duda de que el primer paso para la paz debe ser el fin de la ocupación israelí, para que los palestinos tengan un espacio vital y no se sientan rodeados y controlados. Y la Iglesia debe hablar sin miedo prestando su solidaridad a los que son víctimas de la ocupación y la expropiación”.
Lo que queda claro es que al final del conflicto entre Israel y Gaza nadie salió vencedor. La industria armamentista es la única ganadora.
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