VATICANO: JORNADA MUNDIAL PARA ABUELOS Y MAYORES

ilustracion con joaquin y ana, que tienen en brazos a jesus. es moderna pero imitando el estilo de la pintura iconica. jesus seria un niño pequeño pero esta pintado como un adulto chiquito. las cabezas de los abuelos estan inclinadas hacia el niño, que toca la mejilla de ana. jesus lleva una flor en su mano. las palmas abiertas de los abuelos hacen el gesto de presentacion.El papa Francisco estableció para la Iglesia la Jornada Mundial para abuelos y personas mayores a celebrarse cada año el cuarto domingo de julio en ocasión de la fiesta de san Joaquín y santa Ana, los abuelos de Jesús. Desde hace 31 años la ONU celebra el 1° de octubre el Día Internacional de las Personas de Edad, pero el Papa ha querido movilizar en especial a la Iglesia después de  las dolorosas consecuencias que ha traído la pandemia para los ancianos.

Según el cardenal Kevin Farrel del dicasterio vaticano Laicos, Familia y Vida “es el primer fruto del Año de la Familia y de Amoris Laetitia”. El lema de la Jornada que este año cae el 25 de julio es: “Yo estaré contigo todos los días” (Mt 28,20). En febrero pasado la Pontificia Academia para la Vida publicó un fuerte documento: “La vejez: nuestro futuro; la condición de los ancianos después de la pandemia” donde se denunciaba el “trato cruel” dispensado a muchos ancianos durante la pandemia: “nunca tuvieron que morir así”. El documento describe cómo “durante la primera oleada de la pandemia, una parte sustancial de los decesos de ancianos se produjo en las residencias creadas para protegerlos; allí la muerte los golpeó mucho más que en sus hogares. Se necesita por lo tanto un nuevo paradigma para el futuro. Según la OMS en 2050 habrá en el mundo  dos mil millones de personas mayores de 60 años; una de cada cinco personas será anciana. Hay que apoyar nuevas e incisivas medidas que permitan acompañar y cuidar a los ancianos en contextos familiares, en su propia casa, en entornos domésticos que se asemejen más a los hogares que a los hospitales para obviar su soledad y aislamiento. Para eso hace falta un cambio cultural”.
El presidente de la Pontificia Academia, arzobispo Vincenzo Paglia declaró: “Aumenta el número de las personas mayores pero no la cercanía hacia ellos. No se ha tomado conciencia aún de la gran revolución demográfica de las últimas décadas ni se ha logrado una atención adecuada a los ancianos cada vez más numerosos; por el contrario  ha crecido la cultura del descarte. Casi dos millones y medio de ancianos han muerto en esta pandemia, la mayoría de ellos superiores a los 75 años y en residencias y hogares de ancianos. En Japón las personas mayores de 60 años representan el 98% de los muertos por Covid. La civilización de una época se mide por cómo se trata a los más débiles y frágiles. Es un error y un crimen abandonarlos a su suerte por no ser productivos y por ser  personas que están en el final de su existencia. El covid ha producido una verdadera masacre de ancianos  y una grave contradicción: no sabemos ayudarlos en casa ni tampoco en las residencias, que es donde más se muere. No remamos en la misma barca. Remamos en barcas diferentes y las más frágiles se hunden”.