STEFANO ZAMAGNI: “LA PANDEMIA NO ES UN NEGOCIO”

Zamagni durante una conferencia de prensa. esta hablando frente al microfono y hace un gesto con la mano izquierda, como levantando una bocha. es un hombre anciano, bastante corpulento y vital. es un poco calvo, con algun cabello totalmente blanco. viste traje y corbataEl italiano Stefano Zamagni, reconocido economista y presidente de la Pontificia Comisión de Ciencias Sociales ha declarado: “Cuando la Iglesia habla de desarrollo, no habla de crecimiento. El desarrollo es característico de la persona humana; son los animales y las plantas que crecen. La Iglesia habla de desarrollo integral porque este ha de incluir la dimensión socio-relacional y la espiritual. Por eso la política debe volver a gobernar sobre la economía y no al revés…

…Hoy muchos líderes políticos no son libres de tomar decisiones para el bien común, porque son rehenes de los poderes económicos y financieros. ¿Cómo es posible que cinco empresas farmacéuticas tengan en jaque al mundo entero, no consintiendo que otros produzcan vacunas bajo licencia? Es algo muy grave. Las empresas que han inventado las vacunas, deben percibir una ganancia justa, pero no se puede tolerar que frente a tantos muertos haya una monopolización de las patentes. Hay que aplicar en este caso normas de derecho público, no privado. La vacuna es una necesidad básica para todos. No se puede patentar el sol o el aire, es decir algo que es indispensable a la vida humana. La vacuna debe ser liberada de cualquier derecho de patente y ser de dominio público, como así la investigación científica. La única forma de erradicar en serio la pandemia consiste en administrar vacunas a todos los habitantes del planeta, sean países ricos o pobres. La vacuna solo puede funcionar si se inocula a gran escala. En 1950 la polio era una enfermedad terrible, causada por un virus. Jonas Salk (+1995), un biólogo de Estados Unidos, descubrió la vacuna pero nunca patentó su descubrimiento. Todo su interés se centraba en extender la vacuna lo más ampliamente posible. Para nosotros, este es un buen momento para establecer una norma mundial que evite que nos ciegue el dinero y olvidemos la vida de miles de millones de personas”.
La exclusividad en la producción de vacunas rigurosamente probadas, es la que impide garantizar una producción masiva y es un negocio multimillonario para las empresas farmacéuticas. En la actualidad las farmacéuticas han suministrado la mayor parte de sus dosis al mejor postor.