BRASIL: ¿GIRO POLÍTICO HACIA UNA DICTADURA?

afiche de la campaña es tiempo de cuidar, accion de la iglesia para enfrentar el coronavirus. el motivo principal es la foto de unas manos ancianas muy curtidas y sucias como de trabajar la tierra. las dos palmas horizontales, una sobre la otra. al pie los logos de caritas y cnbbLa última Asamblea General de la Conferencia Episcopal conformada por obispos y asesores (unas 400 personas) que se reunió de forma virtual, declaró: “No podemos callar cuando la vida está amenazada, los derechos no respetados, la justicia corrompida y la violencia instigada. Son inaceptables los discursos y las actitudes que niegan la realidad de la pandemia y desprecian las medidas sanitarias. Son inadmisibles los intentos sistemáticos de desmantelar la estructura de protección social en el país”. 

Además de criticar la mala gestión de la pandemia, critican el acceso a las armas favorecido por el gobierno federal, el uso de la religión como instrumento político, la destrucción sistemática del pulmón del planeta, la selva amazónica, que crece a pasos agigantados con el apoyo del gobierno. El mismo papa Francisco ha dicho que “este amado país enfrenta una de las pruebas más difíciles de su historia”. La Iglesia brasilera, también golpeada por la pandemia con siete obispos y cantidad de sacerdotes y religiosos/as muertos, puso en marcha un plan de emergencia en todo el país que se llama: “Es tiempo de cuidar”.
En Manaos han muerto 4 mil personas por millón de habitantes. Muchas personas murieron en casa, por falta de camas en los hospitales. Llegó a faltar el oxígeno y el arzobispo Leonardo Steiner de Manaos impulsó una campaña a nivel nacional e internacional que posibilitó la ayuda a muchas comunidades indígenas, a la gente que vive en la calle, a los parados e inmigrantes, a los sectores más marginados.
Es digno de recordar el ejemplo del obispo emérito de Neuquén (Argentina), el salesiano Marcelo Melani, que a los 81 años fue a Amazonia para ponerse al servicio de la Iglesia local en 2019 y al año y medio murió de coronavirus. Frente al autoritarismo creciente de Bolsonaro y de sus fanáticos, la presencia excesiva de militares en el gobierno y el desorden reinante, el cardenal de Sao Paulo Odilo Scherer no tuvo reparo en declarar: “Veo el riesgo de que haya un giro político hacia la dictadura, una tendencia  a un cierto fascismo que se está consolidando cada vez más”. Muchos entre los partidarios de Bolsonaro apoyan abiertamente el regreso a un gobierno militar en un país que restauró la democracia tan solo en 1985. Dijo el obispo auxiliar de Belo Horizonte Joaquim Guimaraes: “Pedir una dictadura, inclusive por parte de autoridades brasileñas, es una locura mental, una brutalización total de la mente. Un cristiano ni siquiera puede pensar en eso; es algo inconcebible”.