Conversión Profética: Llamados y llamadas a ser el Buen Pastor

pintura del buen pastor. cristo con la corona de espinas, un hilo de sangre desde su frente, corre por la mejilla. esta de ojos cerrados y rostro sereno. su cabeza levemente inclinada toca la cabeza del cordero, que tiene el mismo gesto. el animal esta como humanizado en su representacion. debajo se lee: Apacienta mis ovejas.Este Domingo celebramos la fiesta del Buen Pastor, un hermoso día que nos recuerda a Jesús cuidando y velando por cada uno, por cada una. Este llamado nos interpela a una conversión donde comprendemos el sentido máximo de cada vocación cristiana como servicio y cuidado de cada uno de nuestros hermanos y hermanas, donando lo más hermoso que tenemos, que es nuestra propia vida.

Es importante tomar conciencia del cambio que supone pasar de la imagen del Buen Pastor desde una dimensión clerical a una dimensión eclesial, es decir, toda la iglesia es llamada a seguir el testimonio de Jesús que da su vida, cuidando y velando, por los que el Padre pone en su camino, partiendo desde una dimensión local hasta llegar a un movimiento de amor y cuidado universal.

Jesús como “el Buen Pastor” es el cordero que se entrega, que da “su vida por las ovejas”, entregándose a sí mismo, es un llamado del amor incondicional. Este pastor se convierte en imagen de referencia, en contra de “otros pastores” que a lo largo de la historia del Pueblo de Israel traicionaron ese llamado de servicio y cuidado. En este sentido la mirada puesta en los malos pastores en Ezequiel exige un enfrentamiento personal y eclesial a la manera de mirar nuestras formas de evangelización, nuestro compromiso con todos nuestros hermanos y hermanas, respecto al ministerio propio de Jesús, expresado en la figura del hijo como la forma de Pastor que Dios quiere. ¿Somos hoy pastoras y pastores fieles a su imagen?

En el momento actual en el que nos encontramos, la Iglesia entera es exhortada por los signos de los tiempos a ser fiel al evangelio, a convertir el corazón, a radicalizar el amor, a entrar en el barro de los caminos, a las escuchas de los gritos de dolor de sus hermanos y hermanas que claman por un amor misericordioso.

El Papa Benedicto, en su libro Jesús de Nazareth, habla acerca de las cualidades de conocimiento y pertenencia que se encuentran en la relación entre el Buen Pastor y sus ovejas, estás cualidades se encuentran entrelazadas. Él conoce a las ovejas porque éstas le pertenecen, y ellas lo conocen precisamente porque son suyas. En esta relación somos llamados y llamadas a los caminos samaritanos, esos que el Papa Francisco denomina las nuevas pastorales de frontera, ya sea existencial o social, en que, siendo pastores y pastoras de distintas realidades, somos desafiados a cómo las conocemos en profundidad para que se hagan nuestra, llamados y llamadas a ser comunidad, lo que lleva por implicación y pertenencia a compartir en un mismo espíritu todas sus vivencias.

Es obligación nuestra el anuncio de su buena nueva, las personas no nos siguen a nosotros, están invitadas a seguir a Jesús, por eso es una urgencia que todos nuestros lineamientos y servicios vayan en función de él, como el “Maestro y Señor”.

Este texto, realmente es un llamado profundo a un “volver la mirada” sobre el PASTOR que se da así mismo… dar vida, para ser vida en plenitud.

María José Encina Muñoz