BRASIL: ¿MARXISMO CULTURAL?

el presidente brasilero baja la cabeza y se toca la frente con la mano abierta. de ojos cerrados, usa tapabocas. lleva traje y corbata, en la solapa un pin verdeamarelhoEl presidente Jair Bolsonaro, casi políticamente difunto y responsable de cantidad de reatos previstos por el Código Penal, pensando en las elecciones presidenciales del año próximo y preocupado por el ascenso de Lula, cedió a las presiones y a las numerosas amenazas de “impechement”, echándole todas las culpas a los ministros. Echó a seis ministros en un día.

Tuvo que deshacerse  también de su ministro clave, el canciller Ernesto Araujo. Este hombre, fiel devoto de Trump y enemigo declarado de China (el principal socio comercial de Brasil) y de Rusia, era el ideólogo de Bolsonaro. Era el promotor de una cruzada contra el “marxismo cultural” inoculado por ejemplo «por la Unesco y los movimientos ecologistas». Escribía: “La globalización económica pasó a ser piloteada por el marxismo cultural que es un sistema antihumano y anticristiano. La fe en Cristo significa hoy luchar contra el globalismo, cuyo objetivo último es romper la conexión entre Dios y el hombre, haciendo del hombre un esclavo y de Dios algo irrelevante. Está surgiendo un nuevo eje socialista latinoamericano bajo los auspicios de la China maoísta, la que dominará el mundo”. Esta ideología fundamentalista de la seguridad nacional es la que impulsa  Bolsonaro. Acosado por la oposición y parte de los militares, el capitán presidente busca ahora el control de las Fuerzas Armadas y se defiende con actitudes cada vez más despóticas y golpistas. El nuevo ministro de defensa Walter Braga Netto ordenó solemnizar el aniversario del golpe de estado militar de 1964 que dio inicio a una dictadura que duró 21 años. Lo que más ha dañado la figura del presidente ha sido la pésima gestión de la pandemia. En los últimos meses los muertos se han casi cuadruplicado (60 mil en marzo) llegando a más de tres mil en 24 horas con los hospitales  desbordados. Un diario de San Pablo escribió que el gobierno central está dominado por “golpistas y delirantes”. A nivel de Iglesia es de destacar  la intervención del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) en la que se lamenta la muerte de tantas personas, entre las cuales 5 obispos y decenas de sacerdotes y religiosos/as, “la ausencia de un sistema de salud eficiente, la falta de políticas adecuadas” y se pide “avanzar con celeridad en el proceso de vacunación y en una ayuda de emergencia digna, y por el tiempo que sea necesario, a los más vulnerables”. Los obispos de Brasil desde el 7 de abril del año pasado trabajan sin descanso, sobre todo para Amazonia, en la campaña: “Pacto por la Vida y por Brasil”.