
El teólogo José Ignacio Gonzales Faus titula un artículo con esta frase del filósofo inglés Thomas Hobbes y añade: “y las empresas farmacéuticas son una jauría para la humanidad”.
Faus cita algunas informaciones de “Le Monde Diplomatique” de marzo sobre “las patentes, un obstáculo para la vacunación universal”. Escribe ese periódico: “Todos recordamos el aluvión de buenas intenciones formuladas durante el confinamiento a comienzos del año pasado. Pero las promesas se han quedado en meros deseos. Más de 39 millones de dosis de vacuna se han administrado en al menos 40 países de alta renta, pero nada llega a los países más pobres. Los laboratorios han recibido miles de millones de euros en subvenciones; no obstante las farmacéuticas conservan la propiedad de las patentes, negocian al alza los precios con los países ricos y restringen las posibles donaciones o reventas a los países pobres. El 13,5% de la población mundial que habita en los países ricos ha incorporado anticipadamente el 51% de las dosis”. Gonzales Faus comenta: “Aprovechar las necesidades humanas para el propio enriquecimiento es una de las tentaciones más frecuentes y más viles de nuestra pasta humana. Pero Cristo nos recuerda: “no se puede servir a Dios y al dinero”.
OXFAM ha presentado el informe: “El virus de la desigualdad”, donde se describe cómo ha aumentado la riqueza de los poderosos, mientras que los pobres del mundo deberán enfrentar quizás una década de miseria y angustia. Los países ricos vacunan a una persona por segundo, mientras la mayoría de los países pobres aún no han recibido ni una sola dosis y esperan las “sobras”. Las empresas farmacéuticas, a pesar del dinero acumulado, siguen teniendo el monopolio de su producción y sobre los beneficios que generan. La directora ejecutiva de OXFAM Gabriela Bucher que lucha por la vacunación universal dijo: “Mientras un pequeño grupo de empresas farmacéuticas decide quien vive y quien muere, los países ricos están prolongando esta pandemia por no encararla globalmente, arriesgando incontables vidas”.
El director de la OMS doctor Tedros Ghebreyesus ha dicho: “La brecha de vacunación entre los países ricos y los países pobres se vuelve cada día más grotesca. Los países más pobres del mundo se preguntan si los países ricos realmente hablan en serio cuando hablan de solidaridad. Estamos al borde de un catastrófico fracaso moral por el egoísmo de países que tienen muchas más dosis de las que necesitan”.
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